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Actualizado el 18 de febrero de 2025
Para las mujeres embarazadas con riesgo de parto prematuro, todo avance médico que pueda ayudar a llevar el embarazo a término se vuelve crucial. El cerclaje cervical se erige como una de las intervenciones médicas más efectivas para prevenir partos prematuros en mujeres con insuficiencia cervical (debilitamiento del cuello uterino).
Esta guía completa explora todo lo relacionado con la cerclaje cervical, desde la comprensión del procedimiento y sus indicaciones hasta las pautas de recuperación y los posibles riesgos. Comprenderá cuándo puede ser necesaria esta intervención, qué esperar durante el procedimiento y las instrucciones esenciales para el cuidado postoperatorio.
El cerclaje cervical es un procedimiento quirúrgico común que consiste en colocar suturas o cinta sintética para reforzar el cuello uterino durante el parto. el embarazoEsta intervención médica tiene como objetivo mantener la integridad estructural del cuello uterino para prolongar la gestación y prevenir el parto prematuro.
Los siguientes son dos tipos principales de cerclaje cervical:
Las suturas quirúrgicas brindan soporte adicional al cerrar de forma segura el cuello uterino durante todo el embarazo. Este refuerzo es particularmente crucial para las mujeres con insuficiencia cervical, una condición en la que el cuello uterino comienza a dilatarse sin contracciones, lo que generalmente conduce al parto en el segundo trimestre.
Los médicos suelen realizar el cerclaje cervical entre las 12 y las 14 semanas de embarazo, antes de que el cuello uterino comience a adelgazarse. El momento es crucial, ya que permite un soporte cervical óptimo durante las etapas fundamentales del desarrollo del embarazo.
Existen tres indicaciones bien establecidas para la colocación de un cerclaje cervical:
Las intervenciones quirúrgicas previas, como la conización cervical (LEEP) u otras cirugías de tejido cervical, pueden provocar debilidad cervical, lo que hace necesaria la realización de un cerclaje. Asimismo, las mujeres con antecedentes de abortos espontáneos debidos a anomalías uterinas o daños cervicales pueden beneficiarse de esta intervención.
Las siguientes son algunas posibles complicaciones del cerclaje cervical:
El momento de la extracción del cerclaje cervical es un aspecto crucial del manejo del embarazo. Los médicos suelen programarla entre las semanas 36 y 37 de gestación. Esto garantiza que el embarazo haya alcanzado una etapa segura y evita posibles complicaciones derivadas de dejar el cerclaje durante el parto.
Determinadas circunstancias pueden requerir la retirada temprana del cerclaje:
En pacientes con rotura prematura de membranas (RPM), los médicos pueden dejar el cerclaje colocado hasta que finalicen los tratamientos con esteroides para la maduración pulmonar fetal. En pacientes con cerclaje transabdominal, el enfoque difiere significativamente: estas suturas suelen permanecer colocadas durante parto por cesárea e incluso se puede conservar entre embarazos para prevenir futuros partos prematuros.
Las pacientes deben contactar inmediatamente con su ginecólogo si experimentan alguno de estos síntomas después del procedimiento:
El cerclaje cervical es una intervención quirúrgica fundamental que ayuda a muchas mujeres a llevar sus embarazos a término. La evidencia médica respalda su eficacia, sobre todo en pacientes con insuficiencia cervical o antecedentes de abortos espontáneos. Si bien el procedimiento conlleva algunos riesgos, una supervisión médica adecuada y el cumplimiento de las pautas de cuidados postoperatorios mejoran significativamente los resultados.
Las tasas de éxito siguen siendo más altas cuando las pacientes mantienen una comunicación regular con sus médicos y responden con prontitud ante cualquier señal de alerta. La mayoría de las mujeres que se someten a un cerclaje cervical obtienen resultados positivos, y muchas llevan sus embarazos cerca del término.
Los pacientes experimentan mínimas molestias durante el procedimiento gracias a la correcta administración de la anestesia. Tras la operación, pueden presentarse leves calambres y un ligero sangrado durante algunos días, que se controlan con medicamentos.
El procedimiento demuestra una tasa de éxito del 85-90% en la prevención de partos prematuros. Beneficia principalmente a mujeres con insuficiencia cervical, ayudando a mantener el embarazo hasta el término.
Cosas que no se deben hacer después de un cerclaje cervical:
El procedimiento se suele realizar entre las 12 y las 14 semanas de embarazo, aunque en casos de emergencia se puede realizar hasta las 24 semanas.
Los médicos diagnostican la insuficiencia cervical mediante un seguimiento ecográfico regular entre las semanas 16 y 24 del embarazo, midiendo la longitud del cuello uterino y comprobando si hay dilatación precoz.
La mayoría de los pacientes necesitan de 2 a 3 días de reposo en casa tras la intervención. Normalmente pueden retomar sus actividades habituales en 1 o 2 semanas, siempre que su trabajo no sea físicamente exigente.
Sí, es posible un parto vaginal después de un cerclaje transvaginal. Los puntos se suelen retirar alrededor de la semana 37 de embarazo para permitir un parto natural. Sin embargo, las pacientes con cerclaje transabdominal requerirán una cesárea.
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