Una fractura de brazo es una lesión común que afecta a personas de todas las edades. Ocurre cuando uno o más huesos del brazo se rompen o fisuran, causando dolor, hinchazón y limitación de la movilidad. Es la lesión por caída más frecuente y puede afectar a cualquier persona, incluidos niños y adultos mayores. Analicemos el proceso de diagnóstico, las opciones de tratamiento y las posibles complicaciones.

Una fractura de brazo puede ocurrir de diversas maneras, afectando a uno o más de los tres huesos del brazo: el cúbito, el radio y el húmero.
Los tipos comunes incluyen:
Una fractura de brazo suele causar un dolor intenso que empeora con el movimiento. Es posible que se oiga un chasquido o crujido al producirse la lesión. La hinchazón y los hematomas suelen aparecer inmediatamente después de la fractura, y la zona afectada puede sentirse caliente. Muchas personas, instintivamente, mantienen los brazos inmóviles para evitar el dolor intenso.
Los signos visibles de una fractura de brazo pueden incluir una curvatura o deformidad inusual. Algunas personas experimentan náusea, mareoLa piel puede enrojecerse o ponerse pálida y húmeda debido al shock. Otros síntomas menos evidentes pueden incluir dolor, enrojecimiento e hinchazón leve, sobre todo en fisuras. Al mover el brazo fracturado, pueden presentarse sensaciones de crujido o roce.
Otro indicador es que el dolor se localiza directamente sobre el hueso, principalmente al aplicar presión. El entumecimiento o el hormigueo pueden deberse a la presión que ejerce el hueso fracturado sobre los nervios circundantes.
Una fractura de brazo suele ser consecuencia de un traumatismo.
Los médicos diagnostican una fractura de brazo mediante un examen físico y pruebas de imagen.
El tratamiento para una fractura de brazo depende del tipo de fractura y la gravedad de la lesión. A continuación, se presenta una guía general para el tratamiento de fracturas de brazo:
Una fractura de brazo puede provocar diversas complicaciones. Entre los factores de riesgo se incluyen la edad avanzada, la diabetes, el tabaquismo, los niveles bajos de vitamina D y ciertos medicamentos. Una fractura de brazo puede causar las siguientes complicaciones:
Las complicaciones graves incluyen:
Entre los factores de riesgo se incluyen la edad infantil o adolescente, la práctica de deportes de contacto y tener más de 65 años. Las personas con afecciones que afectan la densidad ósea, como la osteoporosis, tienen un mayor riesgo de fracturas de brazo, especialmente por caídas.
Si sospecha que tiene un brazo fracturado, consulte inmediatamente a un traumatólogo. Esto es crucial si experimenta dolor intenso, incapacidad para mover el brazo o una deformidad visible. Si el hueso es visible a través de la piel, hay hinchazón o aparecen hematomas junto con otros síntomas, es necesario acudir a urgencias. Incluso si el dolor es leve pero dificulta el uso normal del brazo, es fundamental consultar a un médico cuanto antes.
Si bien es imposible prevenir todos los accidentes, las personas pueden tomar medidas para mitigar el riesgo de una fractura de brazo.
Si bien los accidentes no siempre se pueden evitar, tomar medidas para mantener la salud ósea y crear entornos más seguros puede reducir el riesgo de fracturas de brazo. Al mantenerse informados sobre las causas, los síntomas y las opciones de tratamiento para las fracturas de brazo, las personas pueden estar mejor preparadas para afrontar esta lesión en caso de que ocurra. Recuerde que la atención médica oportuna y el cumplimiento del tratamiento y la rehabilitación prescritos son fundamentales para una recuperación completa.
El tiempo de recuperación de una fractura de brazo varía y depende de factores como el tipo y la ubicación de la fractura. Generalmente, el hueso tarda unas seis semanas en sanar. Sin embargo, la recuperación completa, incluyendo la recuperación de la fuerza y la flexibilidad, puede tardar hasta dos años. La mayoría de las personas requieren varios meses de fisioterapia para recuperar la fuerza muscular y la movilidad articular.
El tratamiento de una fractura de antebrazo depende generalmente del tipo de fractura y de la gravedad de la lesión. El tratamiento suele incluir la inmovilización con yeso o férula, la reducción cerrada, la cirugía con placas o tornillos para fracturas graves, y terapia física para recuperar la fuerza y la flexibilidad después de la recuperación.
Una fractura de brazo suele tardar 12 semanas en sanar por completo. El proceso de curación depende de varios factores, como la gravedad de la lesión, la edad, la nutrición y el estado de salud general. Afecciones como la diabetes y hábitos como fumar o consumir alcohol pueden afectar el tiempo de recuperación.
Aunque los huesos tienen capacidad de curación natural, un tratamiento médico adecuado es fundamental para que una fractura de brazo sane correctamente. Sin una alineación e inmovilización adecuadas, el hueso puede no consolidar correctamente, lo que puede provocar complicaciones.
Las fracturas no tratadas pueden provocar infecciones, daños nerviosos a largo plazo o una consolidación defectuosa (mala unión). Esto puede causar deformidad, dolor crónico y limitación funcional. Además, puede aumentar la tensión en los músculos y ligamentos circundantes, lo que conlleva debilidad o molestias.
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