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Brazo roto

Una fractura de brazo es una lesión común que afecta a personas de todas las edades. Ocurre cuando uno o más huesos del brazo se rompen o fisuran, causando dolor, hinchazón y limitación de la movilidad. Es la lesión por caída más frecuente y puede afectar a cualquier persona, incluidos niños y adultos mayores. Analicemos el proceso de diagnóstico, las opciones de tratamiento y las posibles complicaciones. 

Tipos de brazos rotos

Una fractura de brazo puede ocurrir de diversas maneras, afectando a uno o más de los tres huesos del brazo: el cúbito, el radio y el húmero. 

Los tipos comunes incluyen:

  • Fractura cerrada: La piel permanece intacta, sin herida externa.
  • Fractura abierta (compuesta): El hueso roto es visible fuera de la piel, lo que requiere tratamiento inmediato para prevenir la infección.
  • Fractura desplazada: Los fragmentos óseos están desalineados, lo que podría requerir cirugía para su correcta alineación.
  • Fractura conminuta: El hueso se rompe en múltiples pedazos, lo que a menudo requiere intervención quirúrgica.
  • Fractura en tallo verde: común en niños, el hueso se agrieta pero no se rompe por completo, asemejándose a un palo verde doblado.
  • Fractura en rodete (o torus): Un lado del hueso se comprime, provocando que el otro se doble. Este tipo es más frecuente en niños debido a que sus huesos son más blandos y flexibles.

Síntomas de una fractura de brazo

Una fractura de brazo suele causar un dolor intenso que empeora con el movimiento. Es posible que se oiga un chasquido o crujido al producirse la lesión. La hinchazón y los hematomas suelen aparecer inmediatamente después de la fractura, y la zona afectada puede sentirse caliente. Muchas personas, instintivamente, mantienen los brazos inmóviles para evitar el dolor intenso.

Los signos visibles de una fractura de brazo pueden incluir una curvatura o deformidad inusual. Algunas personas experimentan náusea, mareoLa piel puede enrojecerse o ponerse pálida y húmeda debido al shock. Otros síntomas menos evidentes pueden incluir dolor, enrojecimiento e hinchazón leve, sobre todo en fisuras. Al mover el brazo fracturado, pueden presentarse sensaciones de crujido o roce.

Otro indicador es que el dolor se localiza directamente sobre el hueso, principalmente al aplicar presión. El entumecimiento o el hormigueo pueden deberse a la presión que ejerce el hueso fracturado sobre los nervios circundantes. 

Causas de una fractura de brazo

Una fractura de brazo suele ser consecuencia de un traumatismo. 

  • La causa más común es caer sobre la mano o el codo extendidos. 
  • Lesiones deportivas también pueden provocar fracturas de brazo, especialmente en deportes de contacto. 
  • Un traumatismo importante, como un accidente de coche o de bicicleta, puede fracturar cualquier hueso del brazo. 
  • En los jóvenes, las caídas desde alturas son causas frecuentes. 
  • Para las personas mayores con huesos más débiles, incluso un tropiezo y una caída desde la propia altura pueden provocar una fractura de brazo. 
  • Lamentablemente, el maltrato infantil también puede provocar fracturas de brazos en los niños. 

Diagnóstico

Los médicos diagnostican una fractura de brazo mediante un examen físico y pruebas de imagen. 

  • Las radiografías son la principal herramienta de diagnóstico, ya que confirman las fracturas y revelan la extensión del daño óseo. La resonancia magnética (RM) proporciona una visión completa de la zona fracturada, incluyendo los tejidos circundantes como el cartílago y los ligamentos. 
  • Las tomografías computarizadas (TC) ofrecen imágenes más detalladas que las radiografías, lo que facilita la planificación del tratamiento.
  • Se podría utilizar una gammagrafía ósea para detectar fracturas no visibles en las radiografías, aunque esto requiere dos visitas con un intervalo de cuatro horas. 
  • Los médicos también pueden realizar análisis de sangre para comprobar si existen afecciones subyacentes que afecten a la salud ósea o a la cicatrización.

Tratamiento para un brazo roto

El tratamiento para una fractura de brazo depende del tipo de fractura y la gravedad de la lesión. A continuación, se presenta una guía general para el tratamiento de fracturas de brazo:

  • Doctores Por lo general, se comienza con opciones no quirúrgicas. Estas incluyen la reducción del hueso, lo que puede requerir relajantes musculares o sedantes para controlar el dolor. 
  • La inmovilización es fundamental para la curación y suele lograrse mediante férulas, cabestrillos, ortesis o yesos. Los médicos suelen esperar a que baje la inflamación antes de colocar un yeso, lo que puede tardar de cinco a siete días. 
  • El tratamiento del dolor incluye medicamentos de venta libre o con receta, aunque el uso prolongado de antiinflamatorios no esteroideos puede dificultar la curación ósea. 
  • La rehabilitación comienza poco después del tratamiento inicial para minimizar la rigidez. 
  • En los casos más graves, puede ser necesaria la cirugía para estabilizar el brazo fracturado utilizando dispositivos de fijación como alambres, placas, clavos o tornillos.

Complicaciones

Una fractura de brazo puede provocar diversas complicaciones. Entre los factores de riesgo se incluyen la edad avanzada, la diabetes, el tabaquismo, los niveles bajos de vitamina D y ciertos medicamentos. Una fractura de brazo puede causar las siguientes complicaciones:

  • Los síntomas depresivos (cambios en el apetito y los patrones de sueño) son comunes después de una fractura.
  • Osteoartritis Puede causar dolor crónico y degeneración articular, especialmente en fracturas de miembros inferiores.
  • Algunos huesos pueden no sanar correctamente, incluso con el tratamiento adecuado.

Las complicaciones graves incluyen: 

  • Daño en vasos sanguíneos y nervios
  • Infecciones 
  • El síndrome compartimental, causado por una inflamación excesiva, puede provocar pérdida de sensibilidad y función, lo que requiere una intervención quirúrgica de urgencia. 
  • Las fracturas abiertas exponen los huesos al ambiente, aumentando el riesgo de infección. 

Factores de riesgo

Entre los factores de riesgo se incluyen la edad infantil o adolescente, la práctica de deportes de contacto y tener más de 65 años. Las personas con afecciones que afectan la densidad ósea, como la osteoporosis, tienen un mayor riesgo de fracturas de brazo, especialmente por caídas.

Cuándo ver a un doctor

Si sospecha que tiene un brazo fracturado, consulte inmediatamente a un traumatólogo. Esto es crucial si experimenta dolor intenso, incapacidad para mover el brazo o una deformidad visible. Si el hueso es visible a través de la piel, hay hinchazón o aparecen hematomas junto con otros síntomas, es necesario acudir a urgencias. Incluso si el dolor es leve pero dificulta el uso normal del brazo, es fundamental consultar a un médico cuanto antes. 

Prevención

Si bien es imposible prevenir todos los accidentes, las personas pueden tomar medidas para mitigar el riesgo de una fractura de brazo. 

  • Mantener una buena salud ósea mediante una dieta rica en calcio y ejercicios regulares con carga de peso fortalece los huesos y disminuye el riesgo de fracturas. 
  • Vitamina D La ingesta a través de la exposición a la luz solar o mediante suplementos favorece la absorción de calcio. 
  • Crear un entorno seguro en el hogar y en el lugar de trabajo eliminando los obstáculos que puedan provocar tropiezos y utilizando las herramientas adecuadas para alcanzar lugares altos puede prevenir caídas. 
  • Utilizar el equipo de protección adecuado durante la práctica de deportes y actividades es fundamental. 
  • En el caso de los adultos mayores, el uso de ayudas para la movilidad, como bastones o andadores, cuando sea necesario, puede prevenir caídas. 
  • Las pruebas regulares de densidad ósea para personas mayores de 65 años o con antecedentes familiares de osteoporosis pueden ayudar a identificar y abordar posibles problemas a tiempo.

Conclusión

Si bien los accidentes no siempre se pueden evitar, tomar medidas para mantener la salud ósea y crear entornos más seguros puede reducir el riesgo de fracturas de brazo. Al mantenerse informados sobre las causas, los síntomas y las opciones de tratamiento para las fracturas de brazo, las personas pueden estar mejor preparadas para afrontar esta lesión en caso de que ocurra. Recuerde que la atención médica oportuna y el cumplimiento del tratamiento y la rehabilitación prescritos son fundamentales para una recuperación completa.

FAQ's

1. ¿Cuánto tiempo se tarda en recuperarse de una fractura de brazo?

El tiempo de recuperación de una fractura de brazo varía y depende de factores como el tipo y la ubicación de la fractura. Generalmente, el hueso tarda unas seis semanas en sanar. Sin embargo, la recuperación completa, incluyendo la recuperación de la fuerza y ​​la flexibilidad, puede tardar hasta dos años. La mayoría de las personas requieren varios meses de fisioterapia para recuperar la fuerza muscular y la movilidad articular.

2. ¿Cuáles son las diferentes opciones de tratamiento para la fractura de antebrazo?

El tratamiento de una fractura de antebrazo depende generalmente del tipo de fractura y de la gravedad de la lesión. El tratamiento suele incluir la inmovilización con yeso o férula, la reducción cerrada, la cirugía con placas o tornillos para fracturas graves, y terapia física para recuperar la fuerza y ​​la flexibilidad después de la recuperación.

3. ¿Cuánto tiempo tarda en curarse un brazo roto?

Una fractura de brazo suele tardar 12 semanas en sanar por completo. El proceso de curación depende de varios factores, como la gravedad de la lesión, la edad, la nutrición y el estado de salud general. Afecciones como la diabetes y hábitos como fumar o consumir alcohol pueden afectar el tiempo de recuperación. 

4. ¿Puede curarse un brazo roto de forma natural?

Aunque los huesos tienen capacidad de curación natural, un tratamiento médico adecuado es fundamental para que una fractura de brazo sane correctamente. Sin una alineación e inmovilización adecuadas, el hueso puede no consolidar correctamente, lo que puede provocar complicaciones. 

5. ¿Qué sucede si ignoras un brazo roto?

Las fracturas no tratadas pueden provocar infecciones, daños nerviosos a largo plazo o una consolidación defectuosa (mala unión). Esto puede causar deformidad, dolor crónico y limitación funcional. Además, puede aumentar la tensión en los músculos y ligamentos circundantes, lo que conlleva debilidad o molestias. 

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