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Displasia cervical

La displasia cervical es una afección ginecológica común que implica cambios anormales en las células que recubren el cuello uterino y que, si no se trata, puede derivar en cáncer cervical. Esta afección precancerosa afecta a millones de mujeres en todo el mundo. Comprender la displasia cervical, sus síntomas y los tratamientos disponibles es fundamental para la salud y el bienestar de las mujeres.

En este artículo, exploraremos a fondo la displasia cervical. Analizaremos sus signos y síntomas, explicaremos sus causas y cómo los médicos la diagnostican. 

¿Qué es la displasia cervical?

La displasia cervical es una afección precancerosa caracterizada por el crecimiento excesivo de células en la superficie del cuello uterino, la abertura del útero. También se conoce como neoplasia intraepitelial cervical (NIC) o lesión intraepitelial escamosa (LIE). Esta afección suele ser consecuencia de la infección por ciertos tipos del virus del papiloma humano (VPH), la infección de transmisión sexual (ITS) más común. 

La displasia cervical puede afectar a personas sexualmente activas con cuello uterino, incluyendo mujeres cisgénero, hombres transgénero y personas no binarias. Su gravedad varía, desde leve hasta grave, según la extensión del crecimiento celular anormal. Si bien no es cáncer en sí misma, la displasia cervical tiene el potencial de convertirse en cáncer si no se trata. Sin embargo, es fundamental recordar que la mayoría de los casos no progresan a cáncer y que, con el seguimiento y tratamiento adecuados, los médicos pueden controlar la afección eficazmente.

Síntomas de la displasia cervical

La displasia cervical a menudo no presenta síntomas evidentes, por lo que las revisiones periódicas son cruciales para su detección precoz. Sin embargo, algunas personas pueden experimentar los siguientes síntomas de displasia cervical:

  • Anormal sangrado vaginal, como el sangrado entre períodos, después de las relaciones sexuales o después de la menopausia 
  • Raro secreción vaginal (acuoso, sanguinolento o maloliente) 
  • Dolor pélvico o molestias durante las relaciones sexuales 

Es importante tener en cuenta que estos signos de displasia cervical también pueden indicar otras afecciones, por lo que una evaluación médica adecuada es esencial para un diagnóstico preciso. Las citologías vaginales y las pruebas de VPH regulares desempeñan un papel fundamental en la detección de la displasia cervical antes de que progrese a etapas más graves o se convierta en cáncer de cuello uterino.

Causas de la displasia cervical

La principal causa de displasia cervical es la infección por ciertos tipos de virus del papiloma humano (VPH). Si bien existen muchas cepas de VPH, solo algunos tipos de alto riesgo pueden provocar displasia cervical y, potencialmente, cáncer de cuello uterino. 

Otros factores que pueden contribuir al desarrollo de la displasia cervical incluyen:

  • Antecedentes familiares de cáncer de cuello uterino
  • Fumar
  • Sistema inmunitario debilitado
  • Uso a largo plazo de anticonceptivos orales
  • Varias parejas sexuales
  • Tener una pareja sexual que ha tenido múltiples parejas sexuales

Es importante destacar que tener VPH no garantiza el desarrollo de displasia cervical. Muchas personas con VPH nunca desarrollan síntomas ni problemas de salud. 

Factores de riesgo para la displasia cervical

Diversos factores aumentan la posibilidad de desarrollar displasia cervical. 

  • La infección por el virus del papiloma humano (VPH) es el principal factor de riesgo, en particular las cepas de alto riesgo como el VPH-16 y el VPH-18. 
  • La actividad sexual a una edad temprana o tener muchas parejas sexuales también aumenta el riesgo. 
  • Fumar productos de tabaco puede duplicar las probabilidades de padecer displasia cervical.
  • Un sistema inmunológico debilitado, ya sea debido a VIHEl VIH/SIDA o los medicamentos inmunosupresores hacen que las personas sean más susceptibles. 
  • Otros factores incluyen antecedentes de infecciones de transmisión sexual y una nutrición deficiente (especialmente baja en frutas y verduras). 

Diagnóstico de displasia cervical

Los médicos suelen detectar la displasia cervical durante las citologías vaginales rutinarias. Si se encuentran células anormales, pueden ser necesarias pruebas adicionales, entre ellas: 

  • Colposcopia: A colposcopia Permite a los médicos examinar el cuello uterino mediante un instrumento con luz llamado colposcopio. Durante este procedimiento, pueden realizar una biopsia para obtener muestras de tejido para su análisis en el laboratorio. 
  • Pruebas de ADN: Pueden identificar cepas de VPH de alto riesgo.

En los casos más graves, los médicos pueden recomendar pruebas adicionales:

  • Asa de alambre eléctrico: En este procedimiento, el médico utiliza un alambre delgado de bajo voltaje para tomar una pequeña muestra de tejido.
  • Biopsia de cono (colonización): Permite recolectar capas más profundas de células cervicales para su análisis.
  • Biopsia: En ocasiones, los médicos pueden realizar una biopsia para confirmar el diagnóstico. Los resultados de la biopsia clasifican la displasia cervical como neoplasia intraepitelial cervical (NIC), agrupada en tres categorías según su gravedad:
    • CIN 1: Displasia de bajo grado 
    • CIN 2: Displasia intraepitelial moderada
    • CIN 3: Displasia grave

Tratamiento para la displasia cervical

El tratamiento de la displasia cervical depende de varios factores, entre ellos la gravedad, la edad, el estado de salud y las preferencias personales. 

En los casos de displasia de bajo grado (CIN 1), los médicos suelen adoptar un enfoque conservador, ya que la mayoría de los casos se resuelven espontáneamente. Las citologías vaginales periódicas permiten controlar cualquier cambio en las células anormales.

En los casos más graves (CIN 2 o CIN 3), los médicos pueden extirpar o destruir las células anormales mediante procedimientos como:

  • Procedimiento de escisión electroquirúrgica con asa (LEEP): Este procedimiento utiliza un asa de alambre cargada eléctricamente para eliminar tejidos displásicos.
  • Biopsia de cono con bisturí frío (colonización): Se extrae un trozo de tejido en forma de cono que contiene células anormales.
  • Criocirugía: Congela las células anormales.
  • Cirugía láser: Este método utiliza un láser para eliminar tejido anormal.
  • Cirugía: En casos persistentes, los médicos pueden recomendar una histerectomía. 

Tras el tratamiento de la displasia cervical, es necesario realizar pruebas de seguimiento, incluidas pruebas de Papanicolaou repetidas o pruebas de ADN del VPH.

Complicaciones de la displasia cervical

La displasia cervical, si no se trata, puede provocar graves problemas de salud, tales como: 

  • La complicación más importante es el posible desarrollo de cáncer de cuello uterino. Esta progresión puede tardar varios años, lo que disminuye la importancia de las revisiones periódicas.
  • Otra complicación implica fertilidad y el embarazoCiertos tratamientos para la displasia cervical, como la conización o la LEEP, pueden aumentar ligeramente la posibilidad de bajo peso al nacer o parto prematuro en futuros embarazos. Sin embargo, estos riesgos son generalmente bajos y la mayoría de las mujeres pueden tener embarazos exitosos después del tratamiento.
  • La displasia cervical puede causar angustia psicológica. El diagnóstico puede generar ansiedad sobre la salud y la fertilidad futuras, lo que afecta el bienestar general de la persona.

Cuándo ver a un doctor

Las mujeres deben acudir al médico para realizarse exámenes regulares de detección de cáncer de cuello uterino, ya que la displasia cervical a menudo no presenta síntomas. Los médicos suelen descubrir esta afección durante las pruebas de Papanicolaou de rutina. Tras el diagnóstico de displasia cervical, los médicos realizan un seguimiento estricto de las pacientes para asegurarse de que las células anormales no vuelvan a crecer ni se conviertan en cancerosas. Pueden recomendar citologías vaginales y pruebas de VPH más frecuentes. Después del tratamiento, las pacientes suelen someterse a citologías vaginales de seguimiento cada tres a seis meses durante uno o dos años.

Posteriormente, pueden retomar las pruebas de Papanicolaou anuales. Es fundamental asistir a todas las citas de seguimiento, ya que la displasia cervical no diagnosticada o no tratada aumenta el riesgo de desarrollar cáncer. el cáncer cervicouterino .

Prevención

  • La prevención de la displasia cervical implica evitar la infección por VPH. El método más eficaz es la vacunación contra el VPH. Estas vacunas están dirigidas a los tipos de VPH más asociados con el cáncer de cuello uterino y pueden ser administradas a cualquier persona entre los 9 y los 45 años. 
  • Es fundamental realizarse exámenes regulares de detección del cáncer de cuello uterino, como la prueba de Papanicolaou y la prueba del VPH. Las mujeres deben hacerse su primera prueba de Papanicolaou a los 21 años y seguir los intervalos de detección recomendados. 
  • Practicar sexo seguro, incluyendo el uso de condones y la limitación del número de parejas sexuales, puede reducir el riesgo de transmisión del VPH. 
  • También es importante evitar el consumo de tabaco, ya que fumar aumenta el riesgo de que la displasia cervical progrese a formas más graves.

Conclusión

La displasia cervical tiene un impacto significativo en la salud de la mujer, por lo que requiere atención y medidas preventivas. Su vínculo con la infección por VPH subraya la importancia de la vacunación y las prácticas sexuales seguras para reducir el riesgo. Los chequeos regulares, la comunicación abierta con los médicos y la adopción de un estilo de vida saludable son pasos esenciales para protegerse contra la displasia cervical y sus posibles complicaciones. Este enfoque preventivo no solo protege la salud individual, sino que también contribuye a los esfuerzos generales para reducir la incidencia del cáncer de cuello uterino. Informarse sobre la displasia cervical es fundamental para mantener una salud cervical óptima. 

FAQ's

1. ¿El VPH causa displasia cervical?

Sí, la displasia cervical se debe principalmente a la infección por ciertos tipos de virus del papiloma humano (VPH). El VPH 16 es responsable del 50 % de los casos de cáncer de cuello uterino, mientras que otros tipos de alto riesgo incluyen el VPH 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59, 66 y 68.

2. ¿A quién afecta?

La displasia cervical afecta a personas sexualmente activas con cuello uterino, incluyendo mujeres cisgénero, hombres transgénero y personas no binarias. Es más común en mujeres menores de 30 años, pero puede desarrollarse a cualquier edad.

3. ¿Cuál es la diferencia entre la displasia cervical y el VPH?

El virus del papiloma humano (VPH) es el responsable de la displasia cervical. Si bien la infección por VPH es frecuente, no todos los casos derivan en displasia cervical. El sistema inmunitario suele eliminar las infecciones por VPH, pero las infecciones persistentes pueden provocar un crecimiento celular anormal.

4. ¿Es grave la displasia cervical?

La displasia cervical es una afección precancerosa que puede convertirse en cáncer de cuello uterino si no se trata. Sin embargo, en la mayoría de los casos no progresa a cáncer, especialmente con un seguimiento y tratamiento adecuados.

5. ¿Es la displasia cervical una lesión precancerosa?

Sí, la displasia cervical se considera una afección precancerosa. Consiste en un crecimiento celular anormal en la superficie del cuello uterino, pero aún no es cáncer. Si no se trata, existe la posibilidad de que con el tiempo se convierta en cáncer de cuello uterino.

6. ¿Es curable el precáncer de cuello uterino?

Sí, el precáncer cervical generalmente es curable. La extirpación o destrucción de las células anormales cura la displasia cervical en aproximadamente el 90% de los casos. Las opciones de tratamiento incluyen LEEP, criocirugía, cirugía láser y, en algunos casos, histerectomía.

7. ¿Cuál es el tiempo de recuperación para la cirugía de displasia cervical?

El tiempo de recuperación varía según el procedimiento. La LEEP, un tratamiento común, suele permitir a los pacientes retomar sus actividades normales en pocos días. Sin embargo, el seguimiento y las revisiones periódicas son esenciales para detectar posibles recidivas.

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