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Callos en los pies

Los callos son zonas de piel engrosada que se desarrollan principalmente en los pies como respuesta a la presión o fricción constante. Estas lesiones cutáneas endurecidas, conocidas médicamente como "clavus" o "heloma", forman barreras protectoras, pero a menudo se vuelven dolorosas con el tiempo.

Existen tres tipos principales de callos que afectan a diferentes zonas de los pies:

  • Callos duros (Heloma durum): Estas pequeñas zonas densas suelen formarse en la parte superior o los lados de los dedos de los pies, sobre todo donde la presión del hueso ejerce sobre la piel. Los callos duros tienen el aspecto de protuberancias redondas y elevadas rodeadas de piel irritada.
  • Callos blandos (Heloma Molle): Estas lesiones de color blanco grisáceo se desarrollan entre los dedos de los pies, sobre todo en el espacio entre el cuarto dedo. Los callos blandos tienen una textura gomosa y pueden parecer llagas abiertas. El ambiente húmedo entre los dedos hace que estos callos sean propensos a infecciones bacterianas o fúngicas.
  • Callos plantares: Estos pequeños callos se manifiestan como múltiples tapones queratósicos dentro de las callosidades plantares, apareciendo comúnmente en áreas de las plantas de los pies que no soportan presión.

Aunque los callos sirven como mecanismos de protección, deben considerarse síntomas más que enfermedades, ya que a menudo indican problemas biomecánicos subyacentes o una elección de calzado inadecuada.

Síntomas de los callos

El síntoma más evidente es una pequeña protuberancia redonda y elevada de piel endurecida, rodeada de tejido irritado. Estas protuberancias suelen desarrollar un núcleo denso que comprime los nervios situados bajo la superficie de la piel.

Los patrones de dolor asociados con los callos incluyen:

  • Incomodidad al usar zapatos
  • Mayor sensibilidad a la presión directa
  • Dolor agudo proveniente del núcleo central que presiona los nervios
  • Mayor sensibilidad en la zona de la piel circundante

La diferencia entre callos y durezas se hace evidente a través de sus síntomas. Las durezas se presentan como parches más grandes y aplanados de piel engrosada, con menor sensibilidad que el tejido circundante. En cambio, los callos son más pequeños, profundos y, por lo general, más dolorosos debido a su núcleo concentrado.

¿Qué causa los callos en los pies?

La causa principal radica en los traumatismos mecánicos repetidos en zonas específicas de la piel. Esta presión persistente desencadena la respuesta protectora del organismo, produciendo un exceso de capa córnea epitelial para prevenir la ulceración cutánea.

El calzado inadecuado es la causa más común de la aparición de callos. Los zapatos que aprietan los dedos o generan fricción excesiva en ciertas zonas del pie, así como los tacones altos, ejercen una presión considerable sobre los pies. 

Varios factores de riesgo aumentan la probabilidad de desarrollar callos en los pies:

  • Estructura del pie y afecciones médicas:
  • Estilo de vida y elecciones de calzado:
    • Caminar descalzo con regularidad
    • No usar calcetines con los zapatos
    • Permanecer de pie o caminar durante períodos prolongados
    • Postura incorrecta al caminar, apoyando especialmente los bordes de los pies.
    • Forros de calcetines sueltos que se arrugan bajo los pies
  • Las personas mayores se enfrentan a mayores riesgos.
  • Las personas con una pigmentación de piel más oscura muestran una mayor susceptibilidad. 
  • Actividades deportivas, trabajos manuales o cualquier actividad que genere fricción repetida en áreas específicas del pie. 
  • La presencia de juanetes suele provocar la aparición de callos.

Complicaciones de los callos

Varias complicaciones graves pueden derivarse de callos descuidados:

  • BursitisSe produce inflamación en las bolsas llenas de líquido entre la piel y el hueso, lo que requiere tratamiento con antibióticos. En algunos casos, los médicos deben drenar el líquido y administrar inyecciones de esteroides.
  • Artritis séptica: Cuando un callo se infecta, las bacterias pueden viajar a través del torrente sanguíneo y afectar una o más articulaciones. Esta afección se manifiesta con dolor articular intenso, enrojecimiento, hinchazón y limitación del movimiento.
  • OsteomielitisLa propagación bacteriana desde callos infectados puede afectar el tejido óseo y los tendones cercanos. Esta afección afecta principalmente a fumadores y personas con diabetes, sobre todo debido a la mala circulación en los pies.

Diagnóstico de callos

La evaluación médica generalmente comprende varios pasos clave:

  • Exploración física: Los médicos examinan la respuesta de la piel al traumatismo físico y evalúan su textura mediante palpación. La exploración incluye la búsqueda de pápulas secas, duras y del color de la piel sobre las prominencias óseas.
  • Evaluación de la marcha: Los médicos observan los patrones de marcha de los pacientes para identificar irregularidades mecánicas que podrían contribuir a la formación de callos. Esta evaluación ayuda a determinar los problemas biomecánicos subyacentes que causan puntos de presión.
  • Análisis del calzado: Los médicos evalúan el calzado de los pacientes y conversan sobre sus actividades diarias, incluyendo sus hábitos de estar de pie y caminar. Esta información ayuda a identificar posibles causas y orienta las recomendaciones de tratamiento.

¿Cuál es el tratamiento para los callos en los pies?

Para casos leves, remojar los pies en agua tibia ablanda la piel endurecida, facilitando su eliminación. Tras 10 minutos de remojo, limar suavemente el callo con una piedra pómez ayuda a eliminar las capas de piel muerta. A continuación, aplicar una loción hidratante con ácido salicílico contribuye a ablandar gradualmente los callos más resistentes.

  • Tratamiento médico:
    • Extirpación manual: Los médicos realizan un recorte suave sin extraer sangre, utilizando bisturíes con anestesia local cuando sea necesario.
    • Tratamientos tópicos: Los medicamentos queratolíticos, como el ácido salicílico, la urea y el nitrato de plata, ablandan eficazmente los callos.
    • Terapia láser: El láser produce un daño térmico mínimo en el tejido durante la eliminación de callos.
  • Cirugía: La intervención quirúrgica se hace necesaria en circunstancias específicas:
    • Tratamientos conservadores fallidos
    • Deformidades estructurales del pie que causan callos recurrentes
    • Lesiones extremadamente dolorosas
    • Infecciones recurrentes
  • La protección desempeña un papel vital en el éxito del tratamiento: 
    • Las almohadillas adhesivas en forma de rosquilla protegen los callos de la presión del calzado.
    • El calzado adecuado con una puntera más ancha evita la fricción. 
    • Mantener las uñas de los pies bien recortadas reduce aún más la presión sobre los dedos.
    • La diabetes o una circulación comprometida aumentan los riesgos de infección, lo que hace que el autotratamiento sea potencialmente peligroso. 
    • De igual modo, quienes presenten signos de infección, como empeoramiento del dolor, pus o hinchazón, deben buscar atención médica inmediata.

Cuándo ver a un doctor

La evaluación médica se vuelve esencial en estas condiciones:

  • Dolor persistente a pesar de los tratamientos en casa
  • Signos de infección, incluidos:
    • Enrojecimiento alrededor del área afectada.
    • Hinchazón o inflamación
    • Secreción o formación de pus
    • Molestias intensas al caminar

La consulta médica se vuelve imprescindible para las personas con:

  • Enfermedades subyacentes: aumento del riesgo de infecciones
  • afecciones de la piel delicada
  • Intentos fallidos de tratamiento en el hogar
  • Estructura ósea anormal o problemas de alineación

Conclusión

Los callos pueden parecer problemas menores en los pies, pero si no se tratan, pueden afectar significativamente la vida diaria. Estas formaciones de piel endurecida son señales de alerta de problemas subyacentes en los pies que requieren atención. La atención médica es fundamental, sobre todo para personas con diabetes o problemas circulatorios.

El tratamiento adecuado depende de las circunstancias individuales y la gravedad del callo. Los casos leves suelen responder bien al cuidado adecuado de los pies y al cambio de calzado. Sin embargo, los casos graves pueden requerir intervención médica, incluyendo procedimientos quirúrgicos con altas tasas de éxito.

Por lo tanto, cualquier persona que experimente molestias persistentes relacionadas con los callos debe priorizar el cuidado adecuado de los pies y buscar ayuda médica cuando sea necesario.

Preguntas Frecuentes

1. ¿Cómo te deshaces de los callos en los pies?

Eliminar los callos requiere un enfoque sistemático que combine el autocuidado con tratamientos profesionales. Primero, remoja tus pies en agua tibia durante 5 a 10 minutos hasta que la piel se ablande. Después del remojo, usa una piedra pómez con suaves movimientos circulares para eliminar la piel muerta. Aplica una crema hidratante con ácido salicílico, lactato de amonio o urea para ablandar gradualmente las zonas endurecidas.

2. ¿Cuál es la principal causa de callos en los pies?

La causa fundamental radica en la fricción y presión repetidas en zonas específicas de los pies. El calzado inadecuado es el principal factor, ya que crea puntos de presión constante donde se forman los callos. Las deformidades óseas, la artritis y una mala forma de caminar aumentan el riesgo de que se formen callos.

3. ¿Qué ocurrirá si el maíz no recibe ningún tratamiento?

Los callos no tratados pueden provocar complicaciones graves. La zona afectada puede desarrollar infecciones bacterianas, que pueden extenderse a las articulaciones (artritis séptica) o al tejido óseo cercano (osteomielitis). Las personas pueden modificar inconscientemente su forma de caminar para evitar el dolor, lo que conlleva problemas posturales y de alineación que afectan a la espalda y las rodillas.

4. ¿Desaparecerá una mazorca de maíz por sí sola?

La mayoría de los callos desaparecen gradualmente una vez que cesa la presión o la fricción. Sin embargo, suelen reaparecer si no se trata la causa subyacente, como el uso de calzado inadecuado. Combinar el calzado apropiado con tratamientos adecuados garantiza un control eficaz de los callos para obtener resultados óptimos.

5. ¿Es el maíz una enfermedad grave?

Aunque los callos no son enfermedades, pueden indicar problemas subyacentes en los pies que requieren atención. Para personas con diabetesLos callos representan riesgos importantes. Los pacientes diabéticos podrían no detectar a tiempo cortes menores o pequeños callos debido a la disminución de la sensibilidad en los pies, lo que podría ocasionar complicaciones graves, como la muerte del tejido (gangrena). Además, los callos no tratados pueden extenderse a la piel circundante, agrietándose y creando puntos de entrada para infecciones.

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