La hernia es una afección médica común en todo el mundo, que afecta a millones de personas cada año. Se puede considerar como una protuberancia donde algunos órganos o tejidos internos sobresalen a través de un punto débil en el músculo o tejido circundante. Las hernias varían de leves a graves, y en ocasiones requieren cirugía para corregirlas. Analicemos los diferentes tipos de hernia, sus causas, cómo detectarlas, cómo las diagnostican los médicos, las opciones de tratamiento, los remedios caseros y las maneras de prevenirlas.
¿Qué es la hernia?
Una hernia se produce cuando un tejido u órgano sobresale a través de una zona débil del músculo que normalmente lo mantiene en su lugar. Si bien las hernias pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, son más comunes en el abdomen, la ingle y la parte superior del muslo. Algunas personas nacen con hernias (congénitas), mientras que otras las desarrollan con el tiempo (adquiridas) debido a diversas situaciones, como esfuerzos musculares, exceso de peso o cirugías previas.
Tipos comunes de hernia
Existen varios tipos de hernias según su ubicación o causa. Estos son los principales que debes conocer:
Hernia inguinal: Este es el tipo más común. Ocurre cuando parte del intestino o de la grasa abdominal sobresale a través de un punto débil en la pared abdominal inferior, cerca de la ingle.
Hernia femoral: Este tipo se desarrolla cuando los intestinos o el tejido abdominal se comprimen a través del canal femoral, un pequeño conducto cerca de la ingle.
Hernia umbilical: Este tipo de hernia se desarrolla cuando parte del intestino o del tejido abdominal sobresale cerca del abdomen. ombligo.
Hernia de hiato: En este caso, una porción del estómago se desplaza hacia arriba a través del diafragma, el músculo que actúa como pared entre el pecho y el abdomen.
Hernia incisional: Este tipo se desarrolla cuando se ha tenido una cirugía abdominal previa. El intestino o el tejido abdominal se introduce a través de la zona debilitada por la incisión anterior.
Hernia congénita: Algunas personas nacen con una hernia, que puede aparecer en diferentes lugares, como la ingle, el abdomen o el diafragma.
Síntomas
Los síntomas de la hernia en hombres y mujeres pueden variar y dependen del tipo y la gravedad. Estos son algunos signos y síntomas comunes a los que debe prestar atención:
Se puede observar un bulto o protuberancia en la zona afectada (como la ingle, la parte superior del muslo o el ombligo).
Dolor o molestia en esa zona, especialmente al toser, levantar objetos pesados o hacer esfuerzo al defecar.
La zona se siente pesada, o como si hubiera una presión constante.
Hinchazón o agrandamiento del área afectada
Náuseas y vómitos (esto puede ocurrir con una hernia estrangulada)
Diversos factores pueden debilitar los músculos o sobrecargar los tejidos de la zona afectada, provocando así una hernia:
Presión adicional en el abdomen: Ciertas afecciones pueden tensar los músculos abdominales y provocar una hernia. Entre ellas se incluyen el sobrepeso, el embarazo, la tos frecuente, el estreñimiento y el esfuerzo al defecar.
Levantamiento de objetos pesados: Levantar objetos pesados con frecuencia sin la técnica adecuada puede aumentar la presión abdominal.
Debilidad muscular: Con la edad, nuestros músculos pueden debilitarse. Las lesiones o cirugías también pueden aumentar la probabilidad de desarrollar una hernia en los músculos del abdomen o la ingle.
Factor congénito: Algunas personas tienen músculos o tejidos naturalmente más débiles, lo que las hace más propensas a desarrollar hernias a una edad temprana.
Problemas de salud a largo plazo: Las afecciones crónicas como la EPOC, la fibrosis quística o la tos constante pueden aumentar la presión en el abdomen, incrementando las probabilidades de desarrollar una hernia.
Lesiones o accidentes: Las lesiones en el abdomen o la ingle pueden debilitar los músculos o los tejidos, lo que podría provocar una hernia.
Cómo diagnostican los médicos una hernia
Para determinar si usted tiene una hernia, su médico hará lo siguiente:
Antecedentes médicos: Los médicos pueden preguntarle sobre sus síntomas, factores desencadenantes y duración de la afección. También pueden preguntarle si se ha sometido a una cirugía de hernia anteriormente.
Examinarán la zona: Palparán suavemente la zona para comprobar si hay bultos o protuberancias inusuales.
Utilizar pruebas de imagen: En ocasiones, los médicos pueden realizar una ecografía, una tomografía computarizada o una resonancia magnética para confirmar la hernia y determinar su tamaño y ubicación.
Tratamiento de la hernia
El tratamiento de una hernia depende de varios factores, como el tipo, la gravedad, la edad, el estado de salud general y las preferencias del paciente. A continuación, se describen algunas formas comunes de tratar una hernia:
Observación y espera: Si se trata de una hernia pequeña sin síntomas, su médico podría sugerirle que la observe y que realice cambios en su estilo de vida. Estos podrían incluir bajar de peso o evitar actividades que ejerzan presión sobre la zona.
Fajas para hernias: Son una opción de tratamiento para hernias sin cirugía. Su médico podría sugerirle el uso de una faja de soporte para hernias pequeñas o reducibles. La faja ayuda a mantener el tejido abultado en su lugar y alivia las molestias.
Cirugía abierta: En este procedimiento, los médicos realizan una incisión cerca de la hernia. Recogen el tejido protuberante en su lugar y refuerzan la zona debilitada con una malla o suturas para prevenir problemas futuros.
Cirugía laparoscópicaEste método menos invasivo utiliza pequeñas incisiones en el abdomen. El cirujano emplea instrumental quirúrgico especializado y una cámara para corregir la hernia. La recuperación suele ser más rápida que con la cirugía abierta.
Factores de riesgo
Hay varios factores que pueden aumentar la probabilidad de padecer una hernia:
Envejecer: Su riesgo aumenta después de los 50 años a medida que los músculos y los tejidos se debilitan.
Ser hombre: La hernia es más común en los hombres, especialmente en la ingle.
Antecedentes familiares: Si un familiar directo tuvo una hernia, usted podría ser más propenso a padecerla.
Peso extra: El sobrepeso ejerce más presión sobre el abdomen, aumentando el riesgo.
Tos crónica o esfuerzo excesivo: Las afecciones que provocan tos frecuente o esfuerzo excesivo (como fumar, EPOC o estreñimiento) pueden aumentar el riesgo.
Cirugía previa: Una cirugía abdominal o pélvica previa puede debilitar la pared abdominal.
Embarazo: El peso y la presión adicionales durante el embarazo puede provocar hernias, especialmente alrededor del ombligo.
Complicaciones
Si bien muchas hernias no son peligrosas, a veces pueden causar problemas si no se tratan:
Estrangulación: Esta emergencia se produce cuando el tejido atrapado pierde su irrigación sanguínea. Puede causar necrosis tisular y requiere cirugía inmediata.
Obstrucción: Una hernia a veces puede obstruir los intestinos, causando dolor intenso, náuseas, vómitos y estreñimiento.
Infección: Si el tejido atrapado se contamina, puede provocar una infección que requiera antibióticos o cirugía.
Reaparición: Incluso después de una reparación exitosa, la hernia puede reaparecer, especialmente si persisten las causas subyacentes.
Cuidado domiciliario para la hernia
Si bien las hernias suelen requerir tratamiento médico, estos remedios caseros podrían ayudar a aliviar los síntomas:
Utilice compresas frías: Aplicar frío en la zona afectada puede reducir la hinchazón y las molestias.
Utilice fajas de soporte: Estas pueden ayudar a mantener la hernia en su lugar y prevenir que sobresalga más.
Pierda peso: Bajar de peso puede reducir la presión sobre el abdomen y aliviar los síntomas.
Tómalo con calma: Evita levantar objetos pesados, hacer esfuerzos o actividades que ejerzan presión sobre tu abdomen.
Control del estreñimiento: Las evacuaciones intestinales regulares sin esfuerzo pueden ayudar a prevenir el aumento de la presión abdominal.
Cuida tu postura: Una buena postura y evitar largos periodos de tiempo de pie o sentado pueden reducir la tensión en los músculos abdominales.
Prevención de hernias
Si bien no se pueden prevenir todas las hernias, sí se puede reducir el riesgo:
Mantén un peso saludable: Mantener un buen peso ayuda a fortalecer los músculos abdominales y reduce las probabilidades de sufrir una hernia.
Haga ejercicio con regularidad: El ejercicio regular, especialmente aquel que fortalece el tronco, puede ayudar a la pared abdominal y reducir el riesgo de hernia.
Ten cuidado con los objetos pesados: No levantes objetos pesados siempre que puedas. Si es necesario, levántalos correctamente para evitar lesiones en los músculos abdominales.
Deja de fumar: Fumar a menudo provoca tos, lo que ejerce presión sobre el abdomen y puede causar una hernia.
Cuide sus problemas de salud crónicos: Si padece afecciones que le provocan tos o esfuerzo excesivo, como EPOC o estreñimiento, consulte con su médico para controlarlas adecuadamente.
Mantén la espalda recta: Una buena postura ayuda a reducir la tensión en los músculos abdominales y disminuye el riesgo de hernia.
No pierdas peso demasiado rápido: Perder kilos demasiado rápido puede debilitar los músculos abdominales, aumentando la probabilidad de sufrir una hernia.
Cuándo ver a un doctor
Aunque algunas hernias no son urgentes, debe llamar a su médico si:
Dolor y malestar intensos
Náuseas o vómitos
Problemas para defecar o expulsar gases
La zona de la hernia se ve roja, se siente caliente o se inflama.
Si la hernia aumenta repentinamente de tamaño o sobresale rápidamente
Niños con hernia
Conclusión
Una hernia es una afección médica que afecta a diferentes partes del cuerpo, con frecuencia en el abdomen o la ingle. Algunas hernias no causan problemas importantes, pero es fundamental revisarlas. Sin tratamiento, una hernia puede provocar problemas graves como quedar atrapada, obstruida o con una irrigación sanguínea deficiente. Por lo tanto, esté atento a sus síntomas y consulte con su médico.
Preguntas Frecuentes
1. ¿Qué sucede si una hernia no se trata?
Si no se trata, una hernia puede provocar complicaciones como obstrucción intestinal, estrangulación (cuando se interrumpe la circulación sanguínea al tejido herniado), infección o dolor intenso que requiere cirugía de emergencia.
2. ¿Cuáles son los posibles efectos secundarios o complicaciones del tratamiento?
Las posibles complicaciones del tratamiento de la hernia incluyen infección, sangría, o dolor en el sitio de la incisión, recurrencia de la hernia y daño a los tejidos u órganos circundantes durante la cirugía.
3. ¿Con qué frecuencia se presenta una hernia?
Las hernias son relativamente comunes en todo el mundo. Pueden presentarse en personas de todas las edades, géneros y procedencias, aunque son más frecuentes en ciertos grupos, como los adultos mayores y los hombres. La hernia inguinal afecta a cerca del 25 % de los hombres, y la hernia congénita, principalmente umbilical, representa aproximadamente el 15 % de los casos en recién nacidos.
4. ¿Cuáles son algunas localizaciones comunes de las hernias?
Las localizaciones más comunes de las hernias incluyen la zona inguinal (hernia inguinal), la zona del muslo (hernia femoral), el abdomen alrededor del ombligo (hernia umbilical) y las cicatrices quirúrgicas (hernia incisional).
5. ¿Cuánto dura la recuperación de una cirugía de hernia?
El tiempo de recuperación tras una cirugía de hernia depende del tipo de cirugía. La cirugía abierta requiere de 4 a 6 semanas, mientras que la laparoscópica solo necesita de 1 a 2 semanas. Las cirugías umbilicales e incisionales se sitúan en un punto intermedio, con una duración de 2 a 4 semanas. Puede comenzar con actividades suaves antes, pero recuperar la fuerza completa puede tardar hasta 8 semanas.
6. ¿Qué hacer y qué evitar después de una cirugía de hernia?
Aquí tienes una lista de cosas esenciales que debes hacer y evitar durante tu recuperación: