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Fascitis plantar

La fascitis plantar se produce cuando la fascia plantar, una banda fibrosa y resistente que se extiende desde el talón hasta la base de los dedos, se inflama. Esta afección es la causa más frecuente de dolor en el talón y afecta a millones de personas cada año.

La fascia plantar desempeña una función crucial en la mecánica del pie, asemejándose a una banda elástica gruesa por su elasticidad. Este extraordinario tejido conecta los huesos del pie, formando el arco plantar y proporcionando una amortiguación esencial durante el movimiento. La fascia se compone de tres segmentos distintos que se originan en el calcáneo (hueso del talón) y que trabajan conjuntamente para mantener una biomecánica normal del pie.

A pesar de que su nombre sugiere inflamación (sufijo -itis), la fascitis plantar implica una irritación degenerativa en el punto de origen de la fascia plantar, específicamente en la tuberosidad calcánea medial del talón y las estructuras perifasciales circundantes.

Síntomas de la fascitis plantar

El dolor es el principal indicador de la fascitis plantar y se manifiesta con patrones distintos a lo largo del día. La molestia más intensa suele aparecer al dar los primeros pasos al despertar por la mañana. Además, este dolor matutino característico, a menudo llamado «dolor del primer paso», generalmente desaparece entre 5 y 10 minutos después de comenzar a moverse.

El dolor asociado a la fascitis plantar se presenta de diversas formas:

  • Un dolor sordo y constante en el pie afectado
  • Sensaciones agudas o punzantes, especialmente al aplicar presión.
  • Mayor malestar tras períodos de inactividad
  • Dolor que mejora temporalmente con el ejercicio pero que empeora después

La molestia se localiza principalmente en la zona del talón y se extiende a lo largo de la planta del pie. El dolor puede intensificarse en ciertas circunstancias, como al caminar descalzo o con calzado que no ofrece suficiente soporte.

Además del dolor, la fascitis plantar viene acompañada de varios síntomas adicionales. 

  • La zona afectada suele presentar rigidez, sobre todo en la región del talón. 
  • Muchas personas notan hinchazón alrededor del talón y tensión en el tendón de Aquiles. 
  • En algunas personas, el dolor se desarrolla gradualmente con el tiempo; sin embargo, en algunos casos la aparición puede ser repentina, especialmente después de incidentes como tropezar o caer con fuerza desde una altura.
  • Tras periodos de descanso o estar sentado, ponerse de pie suele provocar un aumento de las molestias. La actividad física presenta una interesante paradoja: el movimiento moderado puede aliviar temporalmente el dolor, pero la actividad prolongada o vigorosa frecuentemente exacerba los síntomas.

Causas de la fascitis plantar

Varios factores pueden contribuir al desarrollo de la fascitis plantar. La investigación médica señala tres factores de riesgo principales: 

  • Flexibilidad reducida del tobillo
  • Exceso de peso corporal
  • De pie prolongado

Esta afección suele deberse a esfuerzos repetitivos que provocan microdesgarros en la fascia plantar. Entre los factores que suelen contribuir a su aparición se incluyen:

  • Problemas en la estructura del pie:
    • Pies de arco alto
    • Pie plano
    • Pronación o supinación excesiva
  • Factores relacionados con la actividad:
    • Participación deportiva
    • Ejercicio sin un calentamiento adecuado
    • Trabajar sobre superficies duras
    • Un aumento repentino en los niveles de actividad
  • Opciones de calzado:
    • Soporte inadecuado para los pies
    • uso regular de chanclas
    • Caminar descalzo con frecuencia
  • Factores biomecánicos: 
    • Tensión en los músculos gastrocnemio y sóleo 
    • El pie plano aumenta la tensión en el origen de la fascia plantar.
    • El pie cavo reduce la capacidad natural de absorción de impactos del pie.

Complicaciones de la fascitis plantar

La fascitis plantar no tratada conlleva diversas complicaciones que afectan la vida diaria. 

Las pequeñas roturas se acumulan gradualmente, debilitando la resistencia y la estabilidad del ligamento. Posteriormente, estas roturas se multiplican en tamaño y número, haciendo que la fascia plantar sea cada vez más vulnerable a la rotura.

Una rotura plantar representa una complicación grave, caracterizada por un chasquido distintivo acompañado de dolor intenso, hematomas e hinchazón en el pie. 

La aparición de espolones calcáneos constituye otra complicación importante. Ante una fascitis plantar no tratada, el cuerpo responde depositando calcio cerca del arco del pie. Estos depósitos de calcio forman protuberancias puntiagudas que presionan el tejido graso del talón, lo que provoca un mayor dolor con cada paso.

La fibromatosis plantar es una complicación distinta caracterizada por nódulos benignos que crecen a lo largo de la fascia plantar. 

Las complicaciones a largo plazo van más allá del pie, afectando la movilidad general. La fascitis plantar no tratada altera los patrones de marcha, ya que las personas ajustan inconscientemente su forma de caminar para minimizar el dolor. Esta compensación conlleva:

Diagnóstico de la fascitis plantar

Los médicos examinan el pie aplicando una presión suave para identificar zonas sensibles. El signo más revelador aparece al presionar la región medial plantar del calcáneo, lo que suele provocar una sensación aguda y punzante. Durante la exploración, los médicos observan la forma de caminar, ya que las personas pueden adoptar inconscientemente una postura ecuestre para evitar la presión en el talón.

El proceso de diagnóstico comprende varias pruebas clave:

  • Prueba de Windlass: Los médicos realizan una dorsiflexión pasiva de la primera articulación metatarsofalángica. El resultado es positivo si este movimiento reproduce el dolor en la fascia plantar.
  • Evaluación de la flexibilidad del tobillo: Los médicos comprueban si existe una dorsiflexión limitada del tobillo, a menudo relacionada con un tendón de Aquiles tenso.
  • Evaluación de la estructura del pie: El examen incluye la comprobación de la presencia de pies planos, arcos altos o diferencias en la longitud de las piernas que podrían contribuir a la afección.

Tratamiento de la fascitis plantar

Los tratamientos conservadores constituyen la piedra angular del manejo de la fascitis plantar. 

  • Aplicar hielo en la zona afectada durante 10-15 minutos dos veces al día ayuda a reducir la inflamación. 
  • Una botella de agua congelada envuelta en una toalla fina sirve como herramienta eficaz para el masaje con hielo en la planta del pie.
  • El descanso resulta esencial en el proceso de curación. Tomarse pausas y evitar actividades que empeoran los síntomas permite que la fascia plantar se recupere. 
  • Los AINE de venta libre controlan eficazmente el dolor y la inflamación.
  • Terapia física Constituye un componente crucial del tratamiento. 
    • Estirar la fascia plantar y el tendón de Aquiles
    • Fortalecer los músculos de la parte inferior de la pierna
    • Aplicar técnicas de vendaje deportivo
    • Enseñar métodos de masaje adecuados
  • El calzado de soporte desempeña un papel fundamental en la recuperación. Las férulas nocturnas ofrecen una solución eficaz al mantener la fascia plantar y el tendón de Aquiles en una posición elongada durante la noche. 
  • Para los casos persistentes, los médicos podrían recomendar:
    • Inyecciones de corticosteroides para el alivio temporal del dolor
    • Tratamiento con plasma rico en plaquetas para promover la cicatrización de los tejidos
    • La terapia con ondas de choque extracorpóreas muestra resultados prometedores en la reducción del dolor de talón
  • La cirugía sigue siendo una necesidad poco frecuente, reservada exclusivamente para casos graves que no responden a otros tratamientos.

Cuándo ver a un doctor

Ciertos signos de alarma requieren consulta médica inmediata:

  • Dolor que se extiende más allá del área del talón
  • Aumento constante de la incomodidad después de los períodos de descanso
  • Dolor de pie constante e implacable

Conclusión

La fascitis plantar es una afección altamente tratable si se aborda a tiempo. La mayoría de los pacientes se recuperan por completo con tratamientos conservadores sencillos como reposo, hielo y calzado adecuado. Si bien el proceso de curación requiere paciencia, seguir el plan de tratamiento al pie de la letra conduce a resultados positivos.

Ante todo, la prevención es fundamental para controlar la fascitis plantar. Cambios sencillos en el estilo de vida, como mantener un peso saludable, usar calzado adecuado y realizar ejercicios de calentamiento apropiados, ayudan a reducir el riesgo de padecer esta afección. Los estiramientos y ejercicios regulares para los pies fortalecen la fascia plantar, haciéndola más resistente al estrés diario.

Preguntas Frecuentes

1. ¿Es grave la fascitis plantar?

La fascitis plantar rara vez requiere intervención quirúrgica. La mayoría de los pacientes se recuperan completamente en un plazo de 6 a 18 meses mediante tratamientos no quirúrgicos. 

2. ¿Cuál es la principal causa de la fascitis plantar?

El sobreesfuerzo es la principal causa de la fascitis plantar. Ciertas actividades aumentan considerablemente el riesgo:

  • Estar de pie todo el día en el trabajo 
  • Tener un IMC superior a 30 kg/m² 
  • Flexibilidad limitada del tobillo 

3. ¿Cuál es la cura más rápida para la fascitis plantar?

El alivio rápido requiere múltiples enfoques que trabajen en conjunto:

  • Descanso y terapia con hielo
  • ejercicios diarios de estiramiento
  • Calzado de apoyo
  • Inserciones de soporte del arco
  • Medicación antiinflamatoria
  • sesiones de fisioterapia

4. ¿Qué alimentos debo evitar si tengo fascitis plantar?

La dieta influye en los niveles de inflamación en la fascitis plantar. Algunos alimentos que se deben evitar son:

  • artículos altamente procesados
  • Carbohidratos refinados (pan blanco, pasta)
  • Comida frita
  • Productos lácteos ricos en grasas
  • carne roja
  • Bebidas azucaradas
  • Grasas trans (margarina, manteca vegetal)

5. ¿Cuál es el mejor remedio natural para el dolor de la fascitis plantar?

Los remedios naturales ofrecen opciones de alivio eficaces:

  • Masaje con aceite esencial de lavanda (diluido con aceite portador)
  • Estiramientos regulares de los pies
  • ejercicios de rodar pelotas de golf
  • Aplicación de compresas de hielo (15-20 minutos, 3-4 veces al día)
  • Control del peso mediante una nutrición equilibrada

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