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21 de septiembre de 2023

He aquí por qué la obesidad y el hígado graso están interrelacionados.

¿Qué es el hígado graso?

La enfermedad del hígado graso asociada al metabolismo (EHGAM) es una afección que se produce cuando se acumula grasa en el hígado, lo que puede provocar daño hepático y otras complicaciones de salud graves. La obesidad se ha identificado como un factor de riesgo importante para la EHGAM, y comprender esta relación es fundamental para prevenir sus efectos adversos en la salud hepática.

Esto es lo que dice el experto.

La Dra. M. Asha Subba Lakshmi, Directora Clínica y Jefa de Gastroenterología (Médica) de los Hospitales CARE en HITEC City, Hyderabad, afirma: “Numerosos estudios han establecido una fuerte relación entre la obesidad y la esteatosis hepática no alcohólica (EHNA). Las personas obesas o con sobrepeso tienen un mayor riesgo de desarrollar esta afección hepática en comparación con aquellas con un peso saludable. El exceso de grasa corporal puede transportarse al hígado, donde se acumula y provoca esteatosis hepática. Además, la obesidad puede inducir inflamación crónica, lo que contribuye aún más al daño hepático y al desarrollo de esteatosis hepática”.

En India se observa un aumento tanto de la obesidad como de los casos de hígado graso. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente el 35 % de los adultos indios tienen sobrepeso u obesidad. Se prevé que esta prevalencia aumente al 45 % para 2030. Paralelamente, el hígado graso se ha convertido en una preocupación creciente, que afecta a una parte importante de la población india.

Síntomas principales de la MAFLD

«La enfermedad hepática grasa no alcohólica (EHGNA) se presenta en un espectro que va desde casos leves con síntomas mínimos hasta formas más graves, como la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA). En sus primeras etapas, el hígado graso puede no causar síntomas evidentes, lo que dificulta su diagnóstico sin una evaluación médica. Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa, las personas pueden experimentar fatiga, náuseas, dolor abdominal y otros signos de disfunción hepática», afirma la Dra. Lakshmi.

MAFLD no tratada: posibles consecuencias

Según la Dra. Lakshmi, “Si no se trata, la MAFLD puede provocar daños hepáticos más graves y complicaciones. La NASH, una etapa más avanzada del hígado graso, puede derivar en cirrosis hepática, insuficiencia hepática y, en última instancia, la necesidad de un trasplante de hígado. Las posibles consecuencias subrayan la importancia de la detección y el tratamiento precoces del hígado graso”.

Manejo de la enfermedad del hígado graso

Aunque la enfermedad hepática grasa no tiene cura, se puede controlar eficazmente. El tratamiento se centra principalmente en la pérdida de peso y la modificación del estilo de vida. Incluso una pequeña reducción de peso puede mejorar significativamente la salud del hígado. Es fundamental adoptar una dieta saludable, rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras, y reducir las grasas saturadas y trans. La actividad física regular, como los ejercicios aeróbicos y el entrenamiento de fuerza, también contribuye a un mejor funcionamiento del hígado.

Diagnóstico precoz y prevención

Para las personas obesas o con riesgo de desarrollar hígado graso no alcohólico (HGNA), el diagnóstico precoz es fundamental. Los chequeos médicos regulares, las pruebas de función hepática y los estudios de imagen pueden ayudar a detectar el hígado graso en sus etapas iniciales. La intervención temprana y los cambios en el estilo de vida son esenciales para prevenir la progresión del HGNA a afecciones más graves. Según la Encuesta Nacional de Salud Familiar (NFHS-4), aproximadamente el 34.2 % de los adultos indios tienen sobrepeso u obesidad. Se estima que la prevalencia del hígado graso en la India oscila entre el 10 % y el 20 %, mientras que se cree que la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) afecta del 2 % al 5 % de los adultos, afirma la Dra. Lakshmi.

La relación entre la obesidad y la enfermedad del hígado graso está bien documentada, lo que subraya la importancia del control del peso para mantener la salud hepática. Un estilo de vida saludable, el diagnóstico precoz y la intervención oportuna pueden proteger la salud del hígado y mitigar el impacto de la enfermedad del hígado graso en la salud pública. Sensibilizar a la población y promover hábitos más saludables son pasos esenciales para combatir este creciente problema de salud. La pérdida de al menos el 10 % del peso corporal en pacientes obesos con hígado graso no alcohólico (HGNA) puede contribuir a reducir la esteatosis hepática. Evitar el consumo de alcohol es fundamental.