La marcha anormal afecta a muchas personas, provocando cambios en su forma de caminar. Puede ocasionar problemas de equilibrio, mayor riesgo de caídas y menor movilidad, lo que repercute en las actividades diarias y la calidad de vida en general. Este artículo explora los diferentes tipos de marcha anormal, sus síntomas y sus causas. También analizaremos los factores de riesgo, las posibles complicaciones y cómo los médicos diagnostican y tratan estas afecciones. Además, hablaremos sobre cuándo consultar a un médico y cómo prevenir las anomalías en la marcha.
¿Qué es una marcha anormal?
Una marcha anormal es una alteración en el patrón de caminar de una persona. La capacidad de mantenerse de pie y caminar con normalidad depende de la información que reciben de diversos sistemas, como el visual, el vestibular, el cerebeloso, el motor, el propioceptivo y el sensorial. Cualquier alteración en estos sistemas puede provocar anomalías en la marcha. Algunos ejemplos comunes son la marcha parkinsoniana, caracterizada por rigidez y pasos cortos, y la marcha hemipléjica, a menudo causada por daño cerebral or golpe.
Tipos de marcha anormal
Los patrones de marcha anormales pueden clasificarse en varios tipos, cada uno con características distintas:
Marcha hemipléjica: Se observa en personas que han sufrido un accidente cerebrovascular y que presentan circunducción del pie del lado afectado, con el brazo generalmente en posición flexionada.
Marcha parkinsoniana: Se asocia con Enfermedad de Parkinson y se caracteriza por flexión universal de las articulaciones, pasos cortos (festinación) y un posible temblor.
Marcha atáxica cerebelosa: Este tipo de marcha anormal se presenta como de base amplia e inestable, con la posibilidad de que la persona se caiga hacia el lado afectado.
Marcha dipléjica espástica: Se observa comúnmente en la parálisis cerebral e implica la extensión y aducción bilateral de las piernas, lo que a veces conduce a un patrón de "marcha en tijera".
Marcha neuropática o marcha equina: Esta marcha anormal requiere que el individuo levante la pierna más alto de lo habitual debido a la caída del pie.
Marcha miopática o marcha de pato: Es el resultado de una debilidad en los músculos de la cintura pélvica, que provoca un movimiento de lado a lado al caminar.
Marcha atáxica sensorial: Esta marcha anormal se produce cuando la propiocepción está alterada, lo que lleva a un patrón de marcha inseguro y de base amplia.
Otros tipos incluyen la marcha antiálgica debida al dolor, la marcha de Trendelenburg por debilidad de los músculos glúteos medios y la marcha hipercinética observada en trastornos de los ganglios basales.
Síntomas de anomalías en la marcha
La marcha anormal se manifiesta con diversos síntomas, dependiendo de la causa subyacente. Algunos signos comunes de marcha anormal incluyen:
Arrastrar o mover los pies, lo que puede observarse en afecciones como la enfermedad de Parkinson.
La sensación de desequilibrio al caminar
Rigidez en los músculos o articulaciones de las caderas y las piernas
Movimiento de balanceo lateral, conocido como andar de pato.
Caminar con la cabeza y el cuello inclinados hacia el suelo
Dar pasos más altos de lo normal y bajar los pies con cada paso.
Dar pequeños pasos, también conocido como festinación
Dolor al caminar
Movimientos irregulares y espasmódicos, pie caído y dificultad para mantener una trayectoria recta al caminar
Causas de la marcha anormal
Una marcha anormal puede deberse a diversos factores, desde lesiones físicas hasta afecciones de salud subyacentes. Estos son:
Los problemas del oído interno pueden afectar al equilibrio
Problemas de la vista
Factores de riesgo de anomalías en la marcha
Varios factores aumentan la probabilidad de desarrollar patrones de marcha anormales. Estos incluyen:
Edad: Los trastornos de la marcha se vuelven más comunes a medida que las personas envejecen.
Deterioro cognitivo: El deterioro cognitivo precoz se ha asociado con una menor fluidez en la marcha y cambios en la velocidad y la longitud de la zancada.
Depresión: También se ha identificado como un factor de riesgo para los trastornos de la marcha, particularmente los neurológicos.
Medicamentos: La administración de varios medicamentos psicoactivos puede provocar patrones de marcha impredecibles o muy variables.
Otros factores de riesgo: Estos incluyen afecciones neurológicas que afectan el control motor, neuropatías sensoriales o motoras y trastornos musculoesqueléticos como estenosis espinal.
Complicaciones de las anomalías de la marcha
Los patrones de marcha anormales pueden provocar diversas complicaciones que afectan significativamente la calidad de vida y la salud general de una persona, tales como:
Mayor riesgo de caídas, especialmente en adultos mayores, que pueden causar lesiones graves, como traumatismos craneoencefálicos o fracturas de cadera.
Las personas con baja velocidad de marcha tienen más probabilidades de experimentar síntomas depresivos elevados, deterioro cognitivo y ansiedad.
En algunos casos, una marcha anormal puede ser un síntoma de afecciones más graves, como artritis séptica o enfermedad vascular grave, que pueden poner en peligro la vida o las extremidades si no se diagnostican ni se tratan.
Diagnóstico
El proceso de diagnóstico incluye:
Examen físico: Los médicos evalúan la fuerza muscular, el tono y la coordinación, y comprueban la longitud de las piernas, la visión y presión arterialDurante la exploración, los médicos buscan problemas motores centrales o periféricos que afecten a las piernas y los pies, trastornos del equilibrio, dolor y cambios en la longitud del paso. Pueden pedir a los pacientes que caminen en diferentes entornos para observar con mayor detalle las características de su marcha.
Investigaciones: Estas pueden incluir tomografías computarizadas, radiografías, resonancias magnéticas y estudios de conducción nerviosa, que proporcionan información valiosa sobre la carga articular, los patrones de movimiento patológicos y los posibles problemas neurológicos o musculoesqueléticos.
Tratamiento
El tratamiento de la marcha anormal implica diagnosticar la causa subyacente y desarrollar planes de tratamiento personalizados que pueden incluir una combinación de enfoques.
Suplementos y cambios en la dieta para corregir desequilibrios nutricionales.
Medicamentos para aliviar los síntomas y mejorar la marcha aumentando los niveles de neurotransmisores
En los casos de causas neurológicas, se utiliza la estimulación cerebral profunda y técnicas de atención médica afines (fisioterapia con señales externas, caminata en cinta rodante y entrenamiento cognitivo) para la enfermedad de Parkinson.
Entrenamiento intensivo de coordinación postural y de marcha, como caminar hacia atrás o dar pasos laterales.
Intervenciones de ejercicio, como el entrenamiento de fuerza muscular, potencia y resistencia.
Cirugía, incluyendo reemplazos de cadera o rodilla.
Cuándo ver a un doctor
Si experimenta dificultades para caminar o nota cambios en su forma de andar, es fundamental consultar a un médico de inmediato. Una marcha anormal puede afectar significativamente su calidad de vida y podría indicar problemas de salud subyacentes.
Prevención
La prevención de la marcha anormal implica abordar los factores de riesgo modificables y mantener la salud general, incluyendo:
Actividad física regular:
Se recomienda encarecidamente un programa diario de caminata de 30 minutos para mantener la movilidad y la función de la marcha. Incluir pendientes en la ruta puede ayudar a mantener la fuerza de las piernas.
Ejercicios de fuerza y equilibrio: Estas actividades ayudan a mantener la fuerza muscular y la coordinación, y disminuyen el riesgo de caídas, especialmente en adultos mayores.
Entrenamiento de resistencia: Pueden ser especialmente beneficiosos para mejorar la velocidad de la marcha y la movilidad general.
Control de las afecciones subyacentes: El control de afecciones como la diabetes, la neuropatía periférica y la osteoartritis mediante un tratamiento adecuado y ciertos cambios esenciales en el estilo de vida puede reducir significativamente su impacto en la función de la marcha.
Exámenes regulares de la vista y el oído: También son importantes, ya que las deficiencias sensoriales pueden afectar el equilibrio y los patrones de marcha.
Modificaciones ambientales: Eliminar los peligros e instalar pasamanos puede mejorar la seguridad y reducir las lesiones relacionadas con caídas. El uso de bastones o muletas puede brindar confianza y seguridad a las personas mayores.
Conclusión
Mantener una marcha saludable es fundamental para el bienestar general y la calidad de vida. Al estar atento a las señales de una marcha anormal y consultar con un médico cuando sea necesario, puede tomar medidas preventivas para evitar complicaciones y mejorar la movilidad. El ejercicio regular, una nutrición adecuada y el control de las afecciones de salud subyacentes contribuyen a mantener una marcha saludable y a reducir el riesgo de caídas y otros problemas relacionados.
Preguntas Frecuentes
1. ¿Necesito cirugía para un trastorno de la marcha?
La necesidad de cirugía generalmente depende de la causa subyacente y la gravedad del trastorno de la marcha. A veces, los tratamientos no quirúrgicos como terapia físicaEn algunos casos, basta con medicación o dispositivos de asistencia. Sin embargo, en casos de problemas articulares o lesiones graves que dificultan la marcha, podría recomendarse la cirugía.
2. ¿Cuáles son las causas de una marcha anormal?
La marcha anormal puede tener diversas causas, como afecciones neurológicas, problemas musculoesqueléticos o lesiones. Entre las causas comunes se incluyen el accidente cerebrovascular, la enfermedad de Parkinson, la artritis y problemas en los pies. Otros factores, como problemas del oído interno, daño nervioso o problemas de visión, también pueden provocar anomalías en la marcha.
3. ¿Cómo puedo mejorar mi forma de andar?
Mejorar la forma de caminar suele requerir una combinación de métodos. Los ejercicios de fisioterapia pueden ayudar a fortalecer los músculos débiles, mejorar el equilibrio y la coordinación. Los ejercicios de entrenamiento de la marcha, como caminar hacia atrás o dar pasos laterales, pueden ser beneficiosos. Además, usar calzado o plantillas ortopédicas adecuadas, mantener un peso saludable y tratar cualquier afección médica subyacente puede mejorar la marcha.
4. ¿Es curable la alteración de la marcha?
La cura de las alteraciones de la marcha depende de su causa subyacente. Algunas, sobre todo las derivadas de lesiones o afecciones temporales, pueden curarse por completo con el tratamiento adecuado. Sin embargo, la cura total puede no ser posible en el caso de trastornos neurológicos o musculoesqueléticos crónicos.
5. ¿A qué edad se desarrolla la marcha normal?
El desarrollo normal de la marcha es un proceso gradual que comienza con el inicio de los primeros pasos, generalmente entre los 12 y los 18 meses. Hacia los 3 años, la mayoría de los niños ya presentan un patrón de marcha casi adulto. Una marcha madura, similar a la de un adulto, se desarrolla normalmente entre los 7 y los 8 años.
6. ¿Cómo puedo saber si tengo una marcha anormal?
Entre los signos de una marcha anormal se incluyen cojera, arrastrar los pies, caminar arrastrando los pies, dar pasos inusualmente cortos o largos, o sentir dolor al caminar. Es posible que note cambios en su velocidad al caminar, equilibrio o coordinación.
7. ¿Existen efectos secundarios del tratamiento?
Los efectos secundarios del tratamiento para la marcha anormal varían según la intervención específica. Los medicamentos pueden causar numerosos efectos secundarios, como somnolencia o problemas gastrointestinales. La fisioterapia suele ser segura, pero puede causar dolor muscular transitorio. Las intervenciones quirúrgicas conllevan riesgos como infección o complicaciones derivadas de la anestesia.