La aorta es el vaso sanguíneo más grande del cuerpo. La sangre fluye desde el corazón, a través del tórax, hasta el abdomen. Las afecciones del arco aórtico afectan a las arterias que se ramifican desde la parte superior de la aorta y pueden disminuir el flujo sanguíneo a órganos vitales.
Los médicos de los Hospitales CARE se especializan en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades que afectan los sistemas arterial, venoso y linfático, excluyendo el corazón y el cerebro. Ofrecemos atención vascular integral gracias a tecnología de vanguardia. Nos enfocamos en optimizar el costo del tratamiento de la enfermedad del arco aórtico en Hyderabad.
La arteritis de Takayasu, un trastorno autoinmune que inflama la aorta y las arterias pulmonares (que irrigan los pulmones), puede causar enfermedad del arco aórtico. Las variaciones de la presión arterial, los coágulos, los traumatismos, un trastorno congénito o la propia artritis de Takayasu pueden provocar esta afección. Las mujeres asiáticas suelen contraer la arteritis de Takayasu entre los 10 y los 30 años.
Con el tiempo, los vasos sanguíneos que se ramifican de la aorta se obstruyen, disminuyendo el flujo sanguíneo por todo el cuerpo. A medida que las arterias se estrechan, el flujo sanguíneo se reduce y las arterias se debilitan, lo que provoca la formación de un aneurisma, o protuberancia anormal, en la pared arterial. Un aneurisma puede romperse y suponer un grave riesgo para la vida. La causa más común de la enfermedad del arco aórtico es la aterosclerosis, o endurecimiento de las arterias.

Los síntomas del síndrome del arco aórtico son diversos y dependen en gran medida de la fase de la enfermedad y de los vasos sanguíneos afectados. En la fase inflamatoria inicial, las personas pueden experimentar síntomas similares a los de la gripe, fatiga y dolor articular. Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa a la fase oclusiva y los vasos sanguíneos comienzan a estrecharse, aparecen síntomas más específicos.
La primera fase de la enfermedad se caracteriza por los siguientes síntomas, que se presentan en aproximadamente la mitad de todos los pacientes:
Fiebre
Fatiga
Poco apetito
La pérdida de peso
Sudores nocturnos
Dolor en las articulaciones
Dolor de pecho
Dolores musculares
Glándulas hinchadas
Dolor a la palpación por encima de las arterias afectadas.
Los síntomas de una fase oclusiva incluyen:
Fatiga
Debilidad muscular
Dolor
Calambres
Náuseas
Vómitos
Manos o pies fríos o blancos
Revición de presión sanguínea
Pulso débil o ausente
Problemas de la vista
Una diferencia de presión arterial entre los brazos y las piernas.
Durante la fase oclusiva de la enfermedad, pueden aparecer otras afecciones graves, como hipertensión. insuficiencia renal (riñón), anginal (dolor de pecho), congestiva de insuficiencia cardiaca, ataque isquémico transitorio (o miniictus) e ictus.
Diagnosticar la enfermedad del arco aórtico es difícil porque los síntomas generalmente aparecen solo después de que la arteria se ha estrechado.
Un médico revisará minuciosamente el historial clínico del paciente para determinar si padece otra enfermedad con síntomas similares y, posteriormente, realizará una exploración física completa. Durante esta exploración, el médico medirá la presión arterial y auscultará con un estetoscopio los sonidos anormales producidos por el flujo sanguíneo en los vasos. Tras esto, se iniciará el procedimiento para el tratamiento de la enfermedad del arco aórtico en Hyderabad.
Los médicos también pueden solicitar las siguientes pruebas:
Análisis de sangre.
Se inyecta un medio de contraste en una arteria y se toman radiografías después de teñirla.
Tomografía computarizada (TC).
Ultrasonido Doppler;
Resonancia magnética (MRI).
Angiografía por resonancia magnética (ARM).
Para la enfermedad del arco aórtico, los cambios en el estilo de vida y la medicación constituyen el tratamiento de primera línea. Las personas con inflamación y estrechamiento de los vasos sanguíneos pueden ralentizar o prevenir la progresión de la enfermedad mediante:
Dejar de fumar
El ejercicio
Consumir una dieta baja en grasas saturadas y colesterol
Perder peso.
Las afecciones del arco aórtico se tratan con los siguientes medicamentos:
Medicamentos que disminuyen la presión arterial.
Medicamentos para controlar la respuesta autoinmune en la arteritis de Takayasu.
Cuando la afección del arco aórtico se agrava hasta el punto de obstruir las arterias, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para ensanchar o reparar arterias estrechadas. Es frecuente realizar una endarterectomía para eliminar la placa de la superficie interna de las arterias. El ensanchamiento de las arterias estrechadas también puede lograrse mediante angioplastia, cirugía de derivación coronaria y colocación de stents.
La arteria vertebral irriga el cerebro. La enfermedad conocida como arteriopatía vertebral puede provocar una interrupción del flujo sanguíneo cerebral. Un pequeño fragmento (émbolo) también puede desprenderse y obstruir otra arteria que irriga el cerebro o el ojo. Un accidente cerebrovascular (ACV) se produce cuando se interrumpe el suministro de sangre al cerebro; es la tercera causa de muerte más común en el país.
Un ataque isquémico transitorio (AIT) es uno de los síntomas de un accidente cerebrovascular. Puede durar desde unos minutos hasta 24 horas. Los siguientes síntomas requieren atención inmediata:
Mareos durante el ejercicio.
Visión doble.
La aterosclerosis aumenta el riesgo de padecer la enfermedad cuando se acumulan depósitos de grasa o colesterol en los vasos sanguíneos. Las personas con enfermedad arterial periférica también tienen mayor riesgo. Otros factores incluyen:
Edad y género: Los hombres corren mayor riesgo antes de los 75 años, y las mujeres después de los 75.
Diabetes
Antecedentes familiares de este problema.
Presión arterial alta (hipertensión).
Colesterol alto.
Obesidad.
Estilo de vida sedentario.
Consumo de tabaco: Fumar aumenta drásticamente el riesgo.
Las pruebas más comunes para confirmar la enfermedad vertebrobasilar son la angiografía por resonancia magnética y la angiografía convencional. Ambas utilizan un contraste inyectado para visualizar el flujo sanguíneo y son útiles para identificar estenosis o estrechamiento de los vasos sanguíneos.
Una persona con enfermedad vertebrobasilar debe modificar su estilo de vida, lo que incluye hacer ejercicio, dejar de fumar, seguir una dieta baja en colesterol y controlar su diabetes. También puede ser necesario tomar medicamentos para controlar el colesterol y la función plaquetaria, como aspirina, clopidogrel, ibuprofeno y zoprogesterona. Además, según la causa específica y la presentación de su afección, puede ser necesario un tratamiento para el síndrome del arco aórtico para garantizar un flujo sanguíneo adecuado al cerebro y la parte superior del cuerpo. Los hospitales CARE también ofrecen tratamiento para las arritmias en Hyderabad.
Angioplastia La angioplastia y la colocación de stents son procedimientos que se utilizan para abrir arterias coronarias estrechadas mediante un balón guiado por catéter. La angioplastia generalmente implica la colocación de un stent (un tubo de malla metálica que se expande para mantener la arteria abierta) en la sección estrechada.
Las arterias carótidas (que llevan sangre al cerebro y al resto del cuerpo) se obstruyen con depósitos grasos (placas). La obstrucción del suministro de sangre al cerebro aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV), que se produce cuando el flujo sanguíneo se interrumpe o se reduce significativamente. Al sufrir un ACV, el cerebro se ve privado de oxígeno. En cuestión de minutos, comienza la pérdida de células cerebrales.
La enfermedad coronaria se desarrolla lentamente. Un accidente cerebrovascular o un ataque isquémico transitorio (AIT) pueden ser el primer signo de esta afección. Un AIT se produce por la interrupción temporal del flujo sanguíneo al cerebro.
El tratamiento de la enfermedad de las arterias carótidas suele implicar cambios en el estilo de vida, medicamentos y, en ocasiones, cirugía.
En las arterias que irrigan el cerebro, se forman placas que dan lugar a la enfermedad coronaria. Existen lesiones microscópicas en las arterias que provocan la formación de estas placas en su interior. Una placa está compuesta de colesterol, calcio, tejido fibroso y otros restos celulares. Este proceso se conoce como aterosclerosis.
Las placas que obstruyen las arterias coronarias las endurecen y estrechan. Una arteria carótida obstruida dificulta que las estructuras cerebrales vitales responsables de las funciones diarias reciban oxígeno y nutrientes.
Los siguientes factores aumentan el riesgo de padecer enfermedad de las arterias carótidas:
Alta presion sanguinea: Las paredes de las arterias pueden debilitarse por una presión excesiva, lo que las hace susceptibles a sufrir daños.
El consumo de tabaco: Se sabe que la nicotina puede irritar las arterias. También se sabe que fumar aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
Diabetes: Tener diabetes afecta tu capacidad para procesar la grasa de manera eficiente, lo que aumenta el riesgo de hipertensión y aterosclerosis.
Niveles elevados de lípidos en sangre: La acumulación de placas se ve favorecida por niveles elevados de colesterol LDL y triglicéridos, un tipo de grasa sanguínea.
Historia familiar: Tener un familiar con aterosclerosis o enfermedad de las arterias coronarias aumenta el riesgo de padecer enfermedad de las arterias carótidas.
Años: Con la edad, nuestras arterias pierden flexibilidad, aumentando así su vulnerabilidad.
Obesidad: Tener sobrepeso aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, diabetes e hipertensión.
Apnea del sueño: Las interrupciones en la respiración durante el sueño están asociadas con los accidentes cerebrovasculares.
Falta de ejercicio: La hipertensión, la diabetes y la obesidad pueden dañar las arterias.
El tratamiento de la enfermedad de las arterias carótidas tiene como objetivo prevenir los accidentes cerebrovasculares. Según el grado de obstrucción en sus arterias carótidas, es posible que necesite tratamientos específicos.
Dependiendo de la gravedad de la obstrucción, su médico podría recomendarle:
Cambiar tu estilo de vida para retrasar la progresión de la aterosclerosis: Es posible que se recomiende dejar de fumar, perder peso, comer alimentos saludables, reducir la sal y hacer ejercicio con regularidad.
Se pueden recetar medicamentos para bajar la presión arterial o el colesterol: Para prevenir la formación de coágulos sanguíneos, su médico también puede recomendarle que tome aspirina diariamente.
Un médico puede recomendar eliminar la obstrucción de la arteria si esta es grave o si ya ha sufrido un AIT o un ictus. Entre las opciones se incluyen:
La endarterectomía carotídea es el tratamiento más común para la enfermedad grave de las arterias carótidas. En este procedimiento quirúrgico, el cirujano realiza una incisión en la parte frontal del cuello y abre la arteria carótida para eliminar la placa. Una vez reparada la arteria, se sutura o se realiza un injerto.
La arteria carótida puede tratarse mediante la colocación de un stent y una angioplastia si la obstrucción es de difícil acceso para una endarterectomía carotídea o si se padecen otras afecciones que hacen que la cirugía sea demasiado riesgosa. Durante el tratamiento, se administrará anestesia local y se introducirá un pequeño balón en la obstrucción mediante un catéter. El balón expande la arteria y una malla metálica (stent) mantiene la dilatación.
Durante su primera visita, es probable que su médico le haga una historia clínica completa y una exploración física. Generalmente, la exploración consiste en auscultar si se oye un soplo (un sonido similar a un silbido) en la arteria carótida del cuello, lo que indica un estrechamiento de la arteria. Posteriormente, el médico puede realizarle pruebas físicas y cognitivas, como evaluar su fuerza, memoria y habla.
Posteriormente, su médico podría recomendarle:
Se utiliza una ecografía para evaluar el flujo sanguíneo y la presión en las arterias carótidas.
Una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (RM) pueden detectar accidentes cerebrovasculares u otras anomalías.
La angiorresonancia magnética (ARM) o la angiotomografía computarizada (angio-TC) proporcionan imágenes adicionales del flujo sanguíneo en las arterias carótidas. Las tomografías computarizadas (TC) y las resonancias magnéticas (RM) obtienen imágenes del cuello y el cerebro tras inyectar un medio de contraste en los vasos sanguíneos.
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