La mayoría de las personas saben que una frecuencia cardíaca normal oscila entre 60 y 100 latidos por minuto, pero la bradicardia se produce cuando el corazón late de forma constante a menos de 60 veces por minuto. Esta guía completa explora qué es la bradicardia, sus síntomas comunes, sus causas y las opciones de tratamiento.

El corazón humano funciona mediante un sofisticado sistema eléctrico, con el nodo sinusal actuando como su marcapasos natural. Ubicado en la aurícula derecha del corazón, este grupo de células especializadas genera las señales eléctricas que inician cada latido.
La bradicardia se produce cuando estas señales eléctricas se ralentizan o se bloquean, lo que da lugar a una frecuencia cardíaca inferior a 60 latidos por minuto. Si bien esta afección puede afectar a personas de cualquier edad, es más frecuente en adultos mayores de 65 años.
El funcionamiento normal del corazón depende de que cuatro cámaras trabajen en armonía:
No todos los casos de bradicardia son motivo de preocupación. Una frecuencia cardíaca más lenta puede ser perfectamente normal en personas físicamente activas y atletas. Sin embargo, la bradicardia se convierte en un problema médico cuando el corazón no puede bombear suficiente sangre oxigenada para satisfacer las necesidades del organismo.
Cuando la bradicardia afecta el suministro de oxígeno al cuerpo, puede manifestarse a través de diversos síntomas que impactan tanto las funciones físicas como cognitivas.
En personas físicamente activas, especialmente en atletas, una frecuencia cardíaca más baja podría no causar síntomas, ya que sus corazones son naturalmente más eficientes.
Los siguientes son síntomas y signos físicos comunes de bradicardia:
El cerebro recibe entre el 15 % y el 20 % de la sangre que fluye del corazón, lo que lo hace especialmente sensible a las variaciones de la frecuencia cardíaca. Esto explica por qué las personas con bradicardia suelen experimentar síntomas cognitivos como confusión, problemas de memoria y dificultad para concentrarse.
La bradicardia puede desarrollarse a partir de diversas afecciones subyacentes que afectan el sistema eléctrico del corazón. Comprender estas causas ayuda a los médicos a determinar el enfoque de tratamiento más eficaz.
Las siguientes son algunas causas de bradicardia:
La edad juega un papel importante en el desarrollo de la bradicardia, siendo esta afección más frecuente en adultos mayores de 65 años. Si bien los jóvenes también pueden desarrollar bradicardia, los adultos mayores enfrentan un mayor riesgo debido a los procesos naturales de envejecimiento que afectan el tejido cardíaco.
Los factores de riesgo clave incluyen:
Si no se trata, la bradicardia puede provocar complicaciones de salud que pueden afectar significativamente la calidad de vida de una persona. Complicaciones importantes de la bradicardia:
Durante la consulta inicial, los médicos escuchan el corazón con un estetoscopio y comentan los síntomas del paciente y cuándo comenzaron.
En el caso de personas asintomáticas, los médicos pueden recomendar controlar la afección sin intervención inmediata.
Cuando es necesario un tratamiento, los médicos suelen seguir un enfoque escalonado:
Implementación de marcapasos: Un avance significativo en el tratamiento de la bradicardia es el uso de marcapasos. Estos pequeños dispositivos se implantan bajo la piel, cerca de la clavícula, y ayudan a regular el ritmo cardíaco. Las opciones modernas incluyen marcapasos permanentes tradicionales y versiones más recientes sin cables, que tienen aproximadamente el tamaño de una pastilla de vitaminas grande y se implantan mediante un procedimiento con catéter.
Busque atención inmediata si experimenta:
La Asociación Americana del Corazón recomienda varias modificaciones clave en el estilo de vida para ayudar a prevenir afecciones cardíacas, incluida la bradicardia. Estas estrategias basadas en la evidencia se centran en mantener la salud cardiovascular en general:
La bradicardia afecta a muchas personas de manera diferente, desde atletas que mantienen naturalmente una frecuencia cardíaca baja hasta personas que requieren atención médica inmediata. Quienes padecen bradicardia pueden llevar una vida normal y saludable con la atención médica adecuada y ajustes en su estilo de vida. Los chequeos regulares, una dieta cardiosaludable y el ejercicio constante ayudan a controlar esta afección eficazmente. Lo fundamental es estar atento a las señales de alerta y buscar ayuda médica cuando aparezcan los síntomas.
Actualmente, los médicos ofrecen diversas opciones de tratamiento, desde ajustes en la medicación hasta modernas tecnologías de marcapasos. Estos avances, combinados con medidas preventivas como el control del estrés y un sueño reparador, permiten a los pacientes un mayor control sobre su salud cardiovascular.
La bradicardia afecta principalmente a adultos mayores de 65 años, y aproximadamente 1 de cada 600 personas en este grupo de edad presenta síntomas. Si bien puede afectar a cualquier persona, es particularmente común en dos grupos distintos: adultos mayores y atletas. Los adultos jóvenes y sanos, así como los atletas entrenados, suelen tener frecuencias cardíacas naturalmente más bajas sin efectos adversos.
La prevalencia de la bradicardia varía a nivel mundial, afectando entre el 0.5 % y el 2.0 % de la población general. Los estudios muestran que la bradicardia sinusal de origen desconocido se presenta en aproximadamente 400 de cada 100 000 personas en todo el mundo. Curiosamente, esta afección afecta por igual a hombres y mujeres.
Cuando se produce bradicardia, la disminución de la frecuencia cardíaca puede afectar a diversos sistemas del organismo. Los principales efectos incluyen:
Es motivo de preocupación cuando la bradicardia impide que el corazón bombee sangre oxigenada para satisfacer las necesidades del cuerpo. Esta afección suele manifestarse con síntomas como mareos, fatiga extrema o desmayos. Los atletas y los adultos jóvenes con una frecuencia cardíaca naturalmente baja generalmente no tienen de qué preocuparse a menos que presenten estos síntomas.
Sí, la exposición al frío puede desencadenar bradicardia. Las investigaciones muestran que el frío provoca el estrechamiento de los vasos sanguíneos, lo que obliga al corazón a trabajar más para bombear la sangre. Durante la exposición al frío, el cuerpo puede responder con un mecanismo de protección llamado bradicardia inducida por el frío, que se nota especialmente durante el sueño o tras una exposición prolongada a bajas temperaturas.