Muchas mujeres descubren que tienen un útero septado solo después de experimentar complicaciones en el embarazo o abortos espontáneos recurrentes. Esta anomalía uterina común afecta aproximadamente a 1 de cada 200 mujeres en todo el mundo. Esta guía completa explica todo sobre el útero septado: desde sus causas y síntomas hasta los métodos de diagnóstico y los tratamientos.

El útero septado es una afección congénita en la que una membrana delgada, llamada tabique, divide el útero en dos cámaras separadas. Aunque externamente parece normal, como una pera invertida, la cavidad interna está dividida, creando una estructura distintiva en forma de corazón.
Esta afección representa la anomalía uterina más común, constituyendo aproximadamente el 55% de todas las malformaciones uterinas. El tabique puede variar tanto en grosor como en longitud, extendiéndose potencialmente desde la parte superior del útero hasta el cuello uterino.
Las características clave de un útero septado incluyen:
Muchas personas pueden portar esta afección sin experimentar ningún signo notable a lo largo de su vida diaria.
Sin embargo, cuando aparecen los síntomas, estos suelen incluir:
El desarrollo de un útero septado comienza mucho antes del nacimiento, durante las primeras etapas del desarrollo fetal. Esta condición congénita resulta de una fusión incompleta de los conductos de Müller, estructuras esenciales para el desarrollo reproductivo femenino.
El proceso de formación ocurre alrededor de la séptima semana del desarrollo embrionario, cuando dos estructuras llamadas conductos paramesonéfricos inician su crucial desarrollo. Estos conductos son responsables de la formación de la parte superior de la vagina, el cuello uterino, el útero y las trompas de Falopio.
Estos conductos deberían fusionarse verticalmente hacia la octava semana, creando un tabique en la línea media. Normalmente, este tabique desaparece hacia la semana 20 del desarrollo embrionario mediante un proceso llamado reabsorción. Sin embargo, cuando este proceso de reabsorción se interrumpe, se desarrolla un útero septado.
La presencia de un tabique puede provocar varias complicaciones relacionadas con el embarazo:
Los métodos diagnósticos modernos se basan en gran medida en diversas técnicas de imagen para visualizar con precisión la posición y el grosor del tabique. Los métodos diagnósticos más utilizados incluyen:
Las opciones de tratamiento para el útero septado han evolucionado significativamente a lo largo de los años, siendo la intervención quirúrgica el enfoque principal para aquellas mujeres que experimentan problemas de fertilidad o abortos espontáneos recurrentes.
Metroplastia histeroscópica: Este procedimiento ambulatorio mínimamente invasivo, de uso común, dura aproximadamente una hora y consiste en la eliminación del tabique a través del cuello uterino, creando una única cavidad uterina. Los estudios demuestran que, tras este procedimiento, las tasas de embarazo pueden alcanzar hasta el 65 %.
El procedimiento ofrece varias ventajas:
Si bien la cirugía no siempre es necesaria, sobre todo en mujeres asintomáticas, resulta crucial para quienes sufren abortos espontáneos recurrentes. Tras la corrección quirúrgica, el riesgo de aborto disminuye significativamente.
Los expertos en embarazo suelen recomendar esperar dos meses después de la cirugía antes de intentar concebir.
Las mujeres que sufren abortos espontáneos recurrentes deben consultar a un especialista en fertilidad, ya que un útero septado podría no detectarse durante los exámenes rutinarios. En el caso de mujeres embarazadas con útero septado, ciertos síntomas requieren atención médica inmediata:
Si bien no es posible prevenirla, ya que se trata de una afección congénita, las mujeres diagnosticadas con útero septado pueden tomar varias medidas para controlar su embarazo y reducir los riesgos asociados.
Los médicos recomiendan varias modificaciones en el estilo de vida para ayudar a controlar el embarazo con un útero septado:
El útero septado presenta desafíos únicos para las mujeres durante el embarazo. Si bien esta afección congénita afecta a muchas mujeres en todo el mundo, los avances médicos han permitido diagnosticarla y tratarla eficazmente. Técnicas quirúrgicas modernas como la metroplastia histeroscópica ofrecen esperanza a las mujeres que sufren abortos espontáneos recurrentes.
Las mujeres diagnosticadas con útero septado deben recordar que es posible lograr embarazos exitosos con la atención médica adecuada. Los controles regulares, la intervención temprana y los cambios en el estilo de vida mejoran significativamente los resultados del embarazo.
El útero septado requiere una atención médica minuciosa debido a su impacto en el desarrollo del embarazo. Los estudios muestran que las mujeres con esta afección tienen una tasa de aborto espontáneo de aproximadamente el 35 %. Además, existe entre un 26 % y un 94 % de probabilidad de aborto espontáneo en cada embarazo que se desarrolla en un útero septado.
Esta afección representa la anomalía uterina más común, constituyendo aproximadamente el 55% de todas las malformaciones uterinas. Se estima que su prevalencia alcanza el 1.5% en mujeres en edad reproductiva.
Tener un útero septado no es necesariamente perjudicial para la salud en general, pero puede afectar los resultados reproductivos. Si bien algunas mujeres no experimentan ningún problema, otras pueden enfrentar:
Un útero septado generalmente no afecta significativamente la menstruación, aunque algunas mujeres pueden experimentar sangrado más abundante debido al aumento de la superficie endometrial. Algunas personas pueden experimentar dolor menstrual, mientras que otras no presentan ningún síntoma.
No, una vez extirpado quirúrgicamente, un útero septado no puede regenerarse. El tabique se desarrolla durante la formación fetal y el cuerpo no puede regenerarlo tras su extirpación quirúrgica.
Existen varios métodos naturales que pueden favorecer la salud uterina: