Las enfermedades cardíacas constituyen un importante problema de salud pública que afecta tanto a hombres como a mujeres. Sin embargo, existe la creencia errónea de que afectan principalmente a los hombres. Son la principal causa de muerte en ambos sexos. Lo que resulta especialmente alarmante son las significativas disparidades de género en el diagnóstico, el tratamiento y el conocimiento general sobre las enfermedades cardíacas. Este artículo pretende visibilizar estas disparidades y revelar la realidad a la que se enfrentan las mujeres al lidiar con una enfermedad cardíaca.
- Prevalencia y comprensión: Las enfermedades cardíacas abarcan diversas afecciones que afectan al corazón y los vasos sanguíneos. Estas afecciones incluyen la enfermedad arterial coronaria, la insuficiencia cardíaca, las arritmias y los problemas de las válvulas cardíacas. Según la Asociación Americana del Corazón (AHA), las enfermedades cardíacas causan una de cada tres muertes femeninas al año, lo que equivale aproximadamente a una muerte cada 80 segundos. La idea errónea de que las enfermedades cardíacas son principalmente un problema masculino está profundamente arraigada en las normas sociales y las prácticas de atención médica. Los estudios demuestran que tanto las mujeres como sus profesionales de la salud tienden a subestimar el riesgo de enfermedades cardíacas en las mujeres, atribuyendo con frecuencia los síntomas al estrés, la ansiedad u otros problemas no cardíacos.
- Síntomas y reconocimiento: Los síntomas de las enfermedades cardíacas pueden manifestarse de forma diferente en mujeres y hombres. Si bien el dolor de pecho es un síntoma común en ambos sexos, las mujeres son más propensas a experimentar otros síntomas como dificultad para respirar, fatiga, náuseas, vómitos, dolor de espalda o mandíbula y dolor de cuello o garganta. Esta diferencia en la presentación de los síntomas suele provocar diagnósticos erróneos o tardíos en mujeres. En consecuencia, es posible que no reciban la atención adecuada y oportuna, lo que aumenta su riesgo de sufrir un infarto y otros eventos cardíacos.
- Desafíos de diagnóstico: Otro problema importante reside en las pruebas diagnósticas y la evaluación. Las pruebas diagnósticas tradicionales, como la prueba de esfuerzo, se desarrollaron y validaron principalmente en hombres. Estas pruebas pueden no ser tan precisas para diagnosticar cardiopatías en mujeres. Las mujeres tienden a presentar distintos tipos de acumulación de placa en las arterias, lo que dificulta la detección de obstrucciones mediante las pruebas estándar. Además, existe una escasa representación de mujeres en los ensayos clínicos, lo que afecta aún más la precisión y la aplicabilidad de las guías de diagnóstico y tratamiento para pacientes femeninas.
- Disparidades en el tratamiento: En cuanto al tratamiento, las mujeres suelen tener menos probabilidades de recibir las terapias recomendadas por las guías clínicas. Esto se debe a varios factores, como la idea errónea de que las mujeres tienen menor riesgo de padecer enfermedades cardíacas, la subestimación de los síntomas y un sesgo histórico hacia la investigación y los enfoques de tratamiento centrados en los hombres. Las mujeres tienen menos probabilidades de ser derivadas a rehabilitación cardíaca, que desempeña un papel fundamental en la recuperación y el manejo de las enfermedades cardíacas. Además, el rol social y las responsabilidades que a menudo se les imponen a las mujeres también pueden influir en su capacidad para priorizar el autocuidado y cumplir con los planes de tratamiento.
- Cerrar la brecha de género: Se requiere un enfoque multifacético para abordar estas disparidades. En primer lugar, es necesario centrarse más en educar tanto al público general como a los profesionales sanitarios sobre la prevalencia y las manifestaciones de las cardiopatías en las mujeres. En segundo lugar, la investigación y los ensayos clínicos deben incluir una representación adecuada de mujeres para garantizar que las guías de diagnóstico y tratamiento sean pertinentes y eficaces para ambos sexos. Por último, los sistemas de salud deben implementar políticas que promuevan una atención equitativa para las mujeres con cardiopatías. Esto incluye aumentar la concienciación, mejorar la precisión diagnóstica, impulsar la investigación con perspectiva de género y garantizar tratamientos basados en guías clínicas para las mujeres.
Las enfermedades cardíacas son un adversario formidable que no discrimina por género; sin embargo, persisten profundas desigualdades en el diagnóstico, el tratamiento y la comprensión, que afectan especialmente a las mujeres. Revelar estas desigualdades es fundamental para mejorar los resultados, reducir las tasas de mortalidad y garantizar un futuro más saludable para todos. El primer paso para solucionar este problema consiste en desmentir los mitos arraigados que rodean a las enfermedades cardíacas.
Las campañas de educación pública deben desterrar la arraigada idea errónea de que las enfermedades cardíacas afectan principalmente a los hombres. Al aumentar el conocimiento sobre la prevalencia y la gravedad de las enfermedades cardíacas en las mujeres, podemos fomentar la atención médica oportuna y mitigar los peligrosos efectos de subestimar su riesgo en la población femenina.
Además, los sistemas de salud deben abordar las disparidades en la presentación de los síntomas y la precisión diagnóstica. Es fundamental adaptar las pruebas diagnósticas y los protocolos de evaluación a las manifestaciones específicas de la cardiopatía en las mujeres. La investigación y los ensayos clínicos deben priorizar la equidad de género para desarrollar herramientas diagnósticas precisas y estrategias de tratamiento igualmente eficaces para hombres y mujeres.
Es necesario corregir las desigualdades en el tratamiento mediante la implementación de directrices que garanticen una atención equitativa. Los profesionales sanitarios deben recibir formación y sensibilización para reconocer los síntomas específicos de las cardiopatías en las mujeres y proporcionarles el tratamiento adecuado con prontitud. Asimismo, es fundamental animar a las mujeres a priorizar el autocuidado y proporcionarles los recursos y el apoyo necesarios para que cumplan con sus planes de tratamiento.
Superar las desigualdades de género en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades cardíacas exige un esfuerzo conjunto de profesionales sanitarios, investigadores, legisladores y la sociedad en general. Al visibilizar estas desigualdades y luchar por la equidad de género en la concienciación, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades cardíacas, podemos allanar el camino hacia una sociedad más sana e informada, donde todas las personas, independientemente de su género, tengan el mismo acceso a la atención e intervenciones que salvan vidas.
Link de referencia
https://newsable.asianetnews.com/lifestyle/world-heart-day-2023-unmasking-gender-disparities-in-heart-disease-diagnosis-and-treatment-rba-s1n30h